Ensalada de lentejas bien-bien

Los meses que estuve de bajón me han pasado factura. Lo oímos por muchos sitios pero no nos llegar a calar: los bajonazos nos hacen enfermar y luego todo son rotos. Y eso que ya tenía unos cuantos porque desde que me quitaron el útero hace 15 años todo es un desmadre y me salen descosidos hasta donde no tengo costuras.
Y es que la mayoría de las mujeres llegamos a la menopausia con una mano delante y otra detrás, sin saber todos los efectos secundarios a los que estamos expuestas. Nadie nos prepara y así nos va. Descubrimos por las bravas que además de sofocos, insomnio y que se te escape el pis sin previo aviso, además nos aumenta la presión arterial, se nos acelera el corazón, aumenta el peso, el colesterol, el azúcar, dolores musculares, osteoporosis, depresión, falta de magnesio, calcio, vitamina D, etc, etc.
Dejamos de servir como reproductoras y el cuerpo se marchita sin remedio y si bien es cierto que hay muchas mujeres que apenas sufren con la pérdida de estrógenos, aquí la menda lerenda que suscribe estas palabras, se ha subido a todos los trenes del drama menopaúsico y aunque estoy a falta de la confirmación oficial todo apunta a que acabo de entrar en el club de los diabéticos.
Dejamos de servir como reproductoras y el cuerpo se marchita sin remedio y si bien es cierto que hay muchas mujeres que apenas sufren con la pérdida de estrógenos, aquí la menda lerenda que suscribe estas palabras, se ha subido a todos los trenes del drama menopaúsico y aunque estoy a falta de la confirmación oficial todo apunta a que acabo de entrar en el club de los diabéticos.
Como la atención primaria en mi ciudad es un caos kilométrico, me han dado cita a dos meses vista así que mientras espero me he puesto las pilas y estoy llevando una alimentación bien-bien, baja en carbohidratos, azúcar y grasas dando rienda suelta a los integrales, legumbres, verduras, frutas y proteínas de las buenas, de las naturales no las que vienen en frascos.
Pero con queso. Dieta bien-bien pero con mi trocito que queso diario y mi tostadita de espelta integral con queso fresco por encima. Sino, yo no quiero estar sana, así te lo digo.
Pero con queso. Dieta bien-bien pero con mi trocito que queso diario y mi tostadita de espelta integral con queso fresco por encima. Sino, yo no quiero estar sana, así te lo digo.
Esta ensalada de lentejas es la definitiva, sin dudarlo. Nos ha encantado a todos y ha desbancado a su antecesora, la de invierno que ya era difícil de superar. Inicialmente, pensé hacerla con atún por encima e incluso ya había sacado la lata de bonito del norte pero a última hora, en un arrebato de anarquismo nutricional, agarré el queso de cabra a la pimienta que compré en Albacete camino de Madrid y ¡zas! me marqué unos taquitos que me supieron a gloria. Cada uno que obre en consecuencia. Yo, desde luego, bien-bien pero con queso.
Ingredientes para 3:
Ingredientes para 3:
- una lata grande (de 800gr.) de lentejas ya cocidas
- 2-3 zanahorias salteadas y cortadas muy menudas
- 2 tomates muy picados
- 1/2 cebolla roja picada
- un puñado de cramberries o pasas a tu gusto
- queso de cabra semicurado
- Aliño:
2 tomates secos en aceite, albahaca fresca, sal, pimienta, vinagre de Módena, un poco de agua y aceite de oliva
Preparación:
- Saltea brevemente las zanahorias en trocitos muy pequeños y reserva.
- En un bol, pon las lentejas escurridas, los cramberries, la cebolla y el tomate muy muy picado y las zanahorias ya templadas.
- Prepara el aliño: pon todos los ingredientes juntos pícalos con un procesador o con la batidora eléctrica. Añádelo a la ensalada y remueve.
- Termina la ensalada con un poco de albahaca picada y trocitos de queso.
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