Flan de naranja

Poco se habla del desorden virtual que las contraseñas dejan en nuestra vida. No creas que me pongo trágica con ésto pero te juro que cada vez que tengo que meter una contraseña porque de repente se borraron las cookies o algo peor, me sale sarampión. 

Yo no sé tú, pero tengo toda una colección de subversiones de una o dos genéricas que con el paso de los años las he tenido que ir añadiendo mayúsculas,  números, símbolos, mínimo ocho letras, máximo doce, que empiece por vocal y que hagan el pino puente. Tal es el guirigay, que luego nunca me acuerdo de cúal es cual y cúal es la última. Y ojo, que las apunto pero imagino que por obra y milagro de la ley de Murphym, nunca es la última y como internet a listillo no le gana nadie, me viene con le recochineo de esa contraseña es antigua, que pruebe con una versiñon más reciente.
Otras veces, cuando se tiran el pisto y parece que te van a hacer un favor dándote opción a usar las claves guardadas por el sistema, resulta que son más obsoletas que Windows95 y te hacen más profundo el roto porque gastastes un intento de los tres que tienes antes de que se bloquee el invento y termines con un "inténtalo más tarde".

A esto se le llama fatiga de contraseñas y no lo digo yo que parece que hay expertos que le han puesto nombre. Por eso, se inventaron otros métodos de verificación mandando sms o correos o pidiendo pines y demás galimatías que añaden más estrés que ayuda a la operación No sin mi contraseña.

Y todo esto ¿Para qué? Pues para que vengan unos hakers y hagan públicas esas contraseñas que tantos esfuerzos te han costado pero que como quieren dejar en evidencia a las grandes coorporaciones, se cuelan sin reparos en tu cyber refajo dejando tus vergüenzas al aire. Y puestos a desnudarte, te suplantan identidad, te hacen chantajes, estafas y demás miserias. 
Un mes más, estamos de domingo en HomenajeBlog y esta vez ha sido el turno de blinky del blog Las recetas de Blinky. En cuento vi esta receta me enamoré perdidamente. Nos ha encantado y ya me están pinchando para que lo vuelva a hacer.


Ingredientes:
  • 10 láminas de gelatina
  • 500ml. de zumo de naranja
  • 400ml. de nata líquida
  • 225gr. de leche condensada
  • caramelo líquido
  • opcional: algo de vainilla

Preparación:

  1. Pon en remojo las láminas gelatina en agua fría, mínimo 10 minutos.
  2. Mientras, pon en un cazo el zumo, la nata y la leche condensada. A fuego medio, espera que rompa a hervir removiendo regularmente.
  3. Mientras, unta el molde (o moldes individuales) con caramelo líquido. 
  4. Al cazo con el líquido, le añades la gelatina escurriendo el agua con la mano. Remueve hasta que quede completamente diluida. Yo lo  hago con la batidora eléctrica.
  5. Rellena los moldes y deja que enfríen en la nevera. Los pequeños en 3 horas están listo. En molde grande, necesitará más tiempo.

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5 comentarios

  1. Maite cuanto me alegra que este flan haya sido un éxito en tu casa . Muchas gracias

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  2. Menuda pinta, se come con la vista.
    Felicidades por la receta.
    Besos.

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  3. A mi lo de las contraseñas tambien me produce mas que sarampión je.je.
    La receta estupenda.Besos Maite

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  4. jaja...que razón tienes con las contraseñas, no hay manera...jaja...Menudo flan rico que has hecho, como me gusta. Besos querida Maite

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  5. que textura más riquísima se le ve, me llevo un par!

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