Frittaten y Palatschinken, el dos por uno austriaco
procrastinar
Del lat. procrastināre.
tr. Diferir, aplazar.
Menudo melón. Y viejuno porque esto, de dejar para mañana lo de hoy, está en nuestra literatura desde hace mucho tiempo. Más allá del proverbio bíblico, en el Quijote, por ejemplo: "Antes hoy que mañana se ponga vuestra merced y su grandeza en camino" le decía Sancho a su señor, y es que no en vano este escudero fue pionero en coaching personal aunque a la hora de entrenar eso de la eliminación de bloqueos y miedos, le salió el tiro por la culata y a los molinos me remito. Pero el buen hombre hizo lo que pudo que no fue poco.
Pero esto de procrastinar no es verbo de hidalguía puesto que todos los seres humanos -y hasta extraterrestres diría yo- lo practicamos con mayor o menor frecuencia. Y es que nuestra conciencia, que siempre la tenemos en busca y captura, nos exime de responsabilidad si el ahora lo cambiamos por un mañana, un luego o un después. Se queda tan pancha aún a sabiendas que hay gato encerrado.
Dice el refrán que "siempre mañana y nunca mañanamos". O que "por la calle de Mañana se llega a la plaza de Nunca". Estas son solo un par de pruebas irrefutables de que la vagancia, pereza y holgazanería son actores viejunos en el teatro de la vida y la única diferencia está en que hoy nos lo venden como una consecuencia y no como un acto de facto. Hoy se adornan las cosas con la copla de "autoestima baja", "ansiedad", "falta de aceptación por los demás" o "perfeccionismo y miedo al fracaso". Lo pongo entre comillas porque lo he leído así, literal.
Esto es mezclar churras con merinas, no me fastidies. O el hambre con las ganas de comer, qué se yo, porque el sentido común me recuerda que una cosa es tocarse el papo porque no apetece hacer ciertas tareas y ancha es Castilla, y otra son los rotos físicos o metafísicos que requieren de atención especializada porque darle vías de escape a un haragán acogiéndose a la enmienda del "pobre de mí que sufro mucho" es también más viejo que el tebeo.
Imagino que al igual que tú, yo llevo un Sancho a cuestas que me recuerda que debo ponerme las pilas cuando toca y otras, me dice que tire de las riendas y pare el carro que las mulas necesitan abrevar porque a todo no se llega y -desgraciadamente- los que nos hacemos mayores -maduritos que tampoco hay que exagerar- no medimos fuerzas, nos pensamos que todo el campo es orégano y que los años no pasan por nosotros. Pero vaya que sí.
Esta receta de hoy es procrástica a rabiar. Hice las fotos hace como un par de años -o más- y nunca me decidí a publicarlas. Se me antojaban sosas y poca cosa, más teniendo en cuenta que al principio de este blog ya publiqué los Frittaten pero es que esto es algo muy muy austriaco, cocina sencilla de abuelas y que cuando toca mi casa supura felicidad. De primero, cuando se hacen tirillas y se sirve en caldo de carne se llaman Frittaten. Y de segundo, sin cortar, rellenos de mermelada y enrollados con azúcar glas por encima se llaman Palatschinken. Facilón y todos tan contentos.
A veces, invitamos a más actores a esta sopa ya que es habitual que la comamos como plato único. Pueden ser trocitos de salchicha o como en esta ocasión, Leberknödel que son bolas de una masa de hígado y pan muy populares por estas tierras.
Ingredientes:
- 500ml. de leche
- 4 huevos
- 250gr. de harina
- 1 cda. de azúcar
- una pizca de sal
- un poco de aceite para la sartén
- Para la sopa un caldo de carne con su chorrito de extracto de maggi que no puede faltar.
- Para los Palatschinken, mermelada de albaricoque (o crema de avellanas tipo nutella) y azúcar glas
Notas:
- Sobre la leche: yo uso leche de granjero sin procesar, con su nata por eso recomiendo usar leche fresca y entera.
- Sobre los huevos: es muy habitual que la gente recorte los huevos en esta receta. Yo no. Pese a su mala publicidad, es la mejor proteína que existe.
- Sobre la harina: siempre de calidad y si es posible, biológica y sin refinar. Algunas con sello Bio, no garantizan que no hallan sido blanqueadas. Es habitual que para 1/2 litro de leche, se usen 300gr. de harina pero me gusta el resultado con algo menos.
Preparación:
- Pon todos los ingredientes juntos en una jarra y los mezclas con la batidora hasta que la masa esté lisa y sin grumos.
- Calienta a fuego medio alto una sartén mojada en un poco de aceite o mantequilla. Vas vertiendo pequeñas cantidades de la masa para que no queden gruesas. Deja que coja un poquito de color, la volteas y esperas otro poquito a dore también por ese lado.
- Para los Frittaten: los cortas por la mitad y vas cortando en tiritas finas.
- Para los Palatschinken: los rellenas con un poco de mermelada de albaricoque, los enrollas y sirves con azúcar glas por encima.
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