Pastel de albaricoques con merengue o Marillenkuchen mit Baiserhäube

estereotipo 
Del gr. στερεός stereós 'sólido' y τύπος týpos 'molde'.

1. m. Imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable.
2. m. Impr. Plancha utilizada en estereotipia.

Pues eso, que vivimos en un mundo super manido, sobado hasta el hartazgo y trillado hasta la caspa con eslóganes rapiditos y facilones para que todos  pillemos -lo que sea- a la primera y sin rechistar. Hay quien termina comprando que la Tierra es plana y quienes hacen una guerra santa a costa de la tortilla con cebolla o sin ella. Todo lleno de tópicos y de típicos. ¿Pero por qué? Pues por costumbre. 

Esto se ha hecho siempre. En la antigua Roma algunos emperadores, para darse más bola, encargaban a sus "historiadores" -así es como los conocemos hoy- que escribieran sobre ellos, sobre sus hazañas y las de sus antepasados. Las mentiras pastaban a sus anchas y a ver quién era el bueno que le llevaba la contraria a un emperador. 
Hoy, esas historias las estudiamos en la escuela como ciertas, mezclando muchas veces -o siempre- mitos y leyendas estereotipando tanto a los protagonistas, que los convertimos en héroes o villanos según convenga: desde El Cid a Teresa de Calcuta, pasando por cientos de personajes que nos los venden a granel para sentar cátedra y vendernos la moto -con sello eco, por supuesto- con el motor quemado y sin tubo de escape. Y así es como vemos el mundo, no a través de nuestros ojos sino de los fulanos que mueven los hilos. 

La Biblia, otro temazo. El levítico es un disparate por sí mismo al que no deberíamos darle credibilidad de ningún modo. De aquí es de dónde los más cerrados sacan eso de que la homosexualidad es una aberración, que las mujeres somos impuras por parir y menstruar así como otras lindezas... estoy recordando una película de Martin Sheen donde hacía de presi de los estates y le daba un repaso brutal a una estirada recordando que si tiramos de esa manta deberíamos también apedrear a los que siembran distintas semillas en un mismo campo -la menda sin ir más lejos, mi huerto es un tuti fruti del ocho- o quemar a tu madre por tejer con dos hilos diferentes o matar al que trabaje en Sabbat. Y aquí viene el cliché: los más obtusos afirman que los descreídos no sabemos leer ni interpretar estos textos y por el bien de la humanidad, deberíamos dejar de decir chorradas fuera de contexto porque para eso ya están ellos.
Y así es como nos han ido moldeando hasta hoy, todo acelerado con la llegada de la radio primero, de la tele después y más tarde con todo el boom de las requete pantallas para todos los gustos. Decía, que gracias al efecto tele-radiofónico nos han captado con mayor facilidad, con esos eslóganes subliminares a modo de "bebe coca-cola" y la información, que ahora vuela y en pocas horas queda caduca, nos tiene a todos el cuerpo y la mente saturados de modas, de cuotas, de cultura de la cancelación y la redefinición sistemática de lo políticamente correcto. Todo ello aceptado por la sociedad con carácter inmutable. 

Este pastel con frutas y un Häube de merengue es un clásico austro-germánico. El Imperio austriaco fue tan grande que dejó este Kuchen en herencia por toda Centroeuropa y con razón porque quien lo prueba se lo queda para siempre. Lo justo sería que lo tradujera con fidelidad: Pastel de albaricoques con gorra de merengue pero eso de por la gorra a mí como que no me convence, así que le he rebautizado como pastel con sombrero de merengue. 

Inicialmente, el bizcocho de este pastel era el mismo del pastel de grosella también con sombrero pero en mi afán de quitarle mantequilla a la masa ha quedado más ligera y por tanto la fruta se va al fondo. Tú elijes: con más mantequilla la fruta flota y con menos se hunde... eso sí, no lo sustituyas por aceite porque pierde la gracia además de ese toque europeo tan maravilloso.
Ingredientes:
  • entre 300-500gr. de albaricoques
  • 3 yemas de huevo XL
  • 100gr. de mantequilla blanda
  • ralladura de limón
  • 100gr. de azúcar
  • 150ml. de yogur o Sauerrham
  • un chupito de ron
  • 150gr. de harina
  • 50gr. de maicena
  • 1 cdta. de polvos de hornear

  • 3 claras de huevo
  • una pizca de sal
  • 200gr. de azúcar glas
  • 1 cda. de maicena

Preparación:
  1. Engrasa el molde y calienta el horno a 170ºC.
  2. Haz una crema suave  (con varillas eléctricas o procesador) con la mantequilla blanda, las yemas y la ralladura. Cuando esté esponjoso, añade el azúcar y el yogur (o Sauerrham). 
  3. A parte, mezcla el harina con la levadura en polvo y se lo añades a la crema. Vuelca la masa en el molde y coloca los albaricoques deshuesados y cortados en cuartos. Hornea el bizcocho unos 40minutos o hasta que está cuajado. Si ves que coge demasiado color, baja la temperatura. 
  4. Mientras levantamos las claras a punto de nieve con una pizca de sal. Una vez montadas, añade el azúcar glas y la maicena poco a poco mientras bates hasta que quede bien tieso. 
  5. Cuando el bizcocho esté casi cuajado, cubre con el merengue y pon el grill un poquito (2 o 3 minutos dependiendo del horno y muy suave que se quema con mirarlo). Lo justo para que coja color dorado el merengue.

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2 comentarios

  1. Ufff pues me ha encantado! Bien sea con la fruta arriba o abajo seguro que queda espectacular de sabor en combinación con el merengue :D

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    1. Muchas gracias Yolanda, y sí, el merengue y la fruta es el matrimonio perfecto :-) un abrazo y geniales esas magdalenas con las que regresas por la puerta grande ;-P

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