Dip a la Valentina con papas al horno

Henry David Thoreau fue un hombre bueno. En su lecho de muerte, una pariente le encomendó a ponerse en paz con dios, a lo que respondió: "no sabía que estábamos enfrentados". Bueno, algo parecido, ya sabes que lo mío no es contar al pie de la letra.  En cualquier caso, fue un hombre que vivió su vida siempre consciente de su papel en el universo, en armonía con dios, escéptico de las escrituras y super fan de la naturaleza que le sobrecogió y sedujo la vida entera. 

Buscó siempre vivir cerca de los bosques, lagos y ríos. Vivió un tiempo, en una modesta cabaña sin lujos y sin grandes necesidades, volcado siempre en sus estudios, en escribir y en disfrutar de la naturaleza. Decía que el hombre rico es el que tiene placeres baratos. Decía que la gente solo aprende de lo que ve, por tanto, si deseas que alguien deje de hacer el mal, enséñale el bien con tu ejemplo. 

De toda su obra, puede que su ensayo de mayor transcendencia universal, haya sido Desobediencia civil (1849). La más famosa y también la más incomprendida. Pese a lo que muchos creen, no es un panfleto seudo anarquista, antigobiernista ni antisistema. Opinaba, y no sin falta de razón, que los gobiernos nos sobregobiernan, nos quieren dóciles e ignorantes porque la gente culta y comprometida normalmente les cuestiona, les afea sus corruptelas y se convierten en críticos del poder establecido, pasando a ser sistemáticamente enemigos de la patria, la paz, la buena sociedad, etc. 

Él abogaba por un modelo de gobierno que antepusiera los derechos del hombre por delante de corruptelas. Al fin y al cabo, la obligación a obedecer al estado en casos extremos por muy incomprensibles o indecentes que fueran, terminaban pasando por el aro del "es deseo de dios" como si el divino, el mudo ante las injusticias humanas, se aliara con el poderoso en sus trajines e inmoralidades. En fin, el mundo de hoy no ha cambiado tanto después de todo. 

Thoreau se negó a pagar impuestos, por pingües que fueran, a un gobierno que se resignaba a abolir la esclavitud y a hacerle la guerra a México. Pasó una noche en la cárcel por no pagar un impuesto de nueve chelines que le pareció injusto. Contra su voluntad fue liberado porque una tía (posiblemente la misma que le encomendó hacer las paces con el supremo) pagó la deuda. Y parece que aquí fue donde cuajó y escribió su Ensayo sobre la resistencia al gobierno civil que vino a liarla parda. 

Dicen que su pensamiento y su legado inspiró a Gandhi, a Mandela y a Luther King a favor de la desobediencia civil no violenta, la única revolución que ha echado raíces para lograr un mundo mejor. 
"Es tan difícil verse a uno mismo como mirar para atrás sin volverse."

"El amor no sólo debe ser una llama, sino una luz."

"De qué sirve una casa si no se cuenta con un planeta tolerable donde situarla."

"La bondad es la única inversión que nunca quiebra."

Henry David Thoreau.

Para celebrar el #HotSauceInternationalDay de la mano del reto #Internationalday, me he decidido por este dip de salsa Valentina que nos encanta y lo acompaño de unas papas al horno que están de miedo. La Valentina es una salsa muy popular en México para picotear (para tomar con botanas :-) que además, ya te conté la historia de su nombre en este pollo a la Valentina. Si no conoces las hazañas de Valentina Ramirez, te van a encantar. 
Ingredientes para el dip a la Valentina (cantidades a tu gusto)
  • Mayonesa casera
  • Sauerrham o yogur griego
  • Salsa Valentina
  • 1 chorro de salsa Worcester
  • 1 diente de ajo machacado
  • Unas gotas de miel o sirope de agave
  • Sal y pimienta
  • Opcional: chile rojo molido

Ingredientes para las papas (cantidades a tu gusto)
  • Patatas nuevas con piel
  • Especias a tu gusto (he usado chile rojo, comino e hinojo)
  • Un poquito de aceite de oliva
  • Queso parmesano
  • Sal y pimienta

Preparación dip a la Valentina:
  1. Pon todos los ingredientes en un bol y con ayuda de unas varillas ligas bien la salsa. Prueba y rectifica cada ingrediente a tu gusto: más mayo, más valentina, sal, pimienta...

Preparación de las papas:
  1. Lava y corta las patatas. Pon las especias que más te gusten (hay preparados muy ricos), parmesano a tu gusto, salpimienta y añade un chorrito de aceite de oliva.
  2. Hornea a 180ºC ó 190ºC dependiendo del horno. cuando estén tiernas y doradas estarán listas (unos 20 min.)

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2 comentarios

  1. La Valentina es una tentación picantona pero muuuuy rica, prácticamente adictiva!!! Tu salsa tiene pintaza!!!!

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    1. Para mí, el toque especial que tiene es ese gusto escabechado tan mexicano y así, en esta salsa, al estar más rebajada no pica tanto. Gracias por pasarte Andrea. Un abrazo

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