Cuajada de chocolate blanco
Que leer es bueno lo sabemos todos, pero ¿hasta dónde? Hay motivos de sobra para creernos algunos de estos argumentos por mero sentido común. Creo que es evidente que la lectura nos ayuda a expresarnos mejor -oral y por escrito- del mismo modo que amplía considerablemente nuestro vocabulario, factores que nos ayudan tremendamente a movernos por la vida. Además, aumenta nuestro conocimiento porque por muy ligero que sea el libro o el artículo en cuestión, siempre hay datos, pistas o circunstancias que nos llevan irremediablemente a buscar más información sobre ello, y eso nos lleva a otra lectura y luego a otra... es un vicio sano, que no nos destruye sino todo lo contrario; nos enriquece intelectualmente, como personas y nos lleva a cuestionar todo tipo de situaciones.
Es evidente que estimula la creatividad y otras muchas habilidades o cuando menos -como me pasó a mí- nos ayuda a superar "baches" o "inconvenientes" en el aprendizaje. Pude superar mi dislexia gracias a la lectura, confiando en las palabras y en mi instinto para interpretarlas porque hasta los trece años yo leía otras cosas, no lo que ponía. Lo de escribir letras y números al revés o la incapacidad de no retener ni dos cifras seguidas era lo de menos. Eso me daba vergüenza, nada más. Pero eso de interpretar a mi bola y por más énfasis que me ponían yo no veía lo que tenía que ver, me producía cierto pánico que aún recuerdo con terror.
Bueno, pues leo ahora cosas en plan científico -dicen que con evidencia- sobre los beneficios de la lectura y en algunos casos soy casi casi escéptica. Sí, este es otro rasgo característico del lector veterano: mente abierta, capacidad de análisis y espíritu crítico. Y es que dicen que leer alarga la vida disminuyendo en un 20% el riesgo de mortalidad. En fin, morirnos, lo que se dice morirnos, lo haremos todos que aquí nadie se va a quedar, así que ese 20% me suena un poco a humo.
También dicen que mejora la empatía -ains, los pedantes con complejo de enciclopedia a mí como que no me parecen muy empáticos- y hasta, agárrate los machos, que los lectores somos más sexis que los que no lo son. Mira, me parto. El argumento es que rasgos como el humor, la inteligencia y nuestra manera de expresarnos nos hacen más atractivos sexualmente hablando... mira, digo esto y a mí me viene a la cabeza el Marlboro Man que jamás despegó los labios y anda que no nos hizo soñar a media humanidad femenina.
Ingredientes (para 6-8 vasitos)
- 1 litro de leche
- 250gr. de chocolate blanco
- 2 sobres de cuajada
Notas
- Ya sabes que yo uso leche cruda que me trae directamente el granjero. No hace falta ni cocerla porque es ordeño esterilizado. Tiene un 11% de grasa ya que no le he retirado la nata. Si usas leche del super, que sea entera y cambia 100ml. de la leche por nata para que quede más cremoso.
- Isa añade azúcar a la cuajada pero con la cantidad de chocolate que he usado no ha sido necesario añadir extra.
Preparación:
- Calienta la leche y el chocolate blanco en un cazo. Reserva un poco de lecha para diluir la cuajada.
- Cuando rompa a hervir (no dejes de mover) añade la mezcla con la cuajada. Espera a que rompa a hervir de nuevo. Lo separas del fuego, esperas que baje y de nuevo lo llevas a ebullición. Reparte la cuajada en vasitos y deja que el calor lo pierdan a temperatura ambiente. Cuando ya estén casi fríos, que enfríen en la nevera. Servir muy fríos.
- Los he servido con una salsa ligera de frambuesas y moras. En un cazo, las he cocinado unos 3-4 minutos con un chorro de sirope de arce a tu gusto. Deja que enfríe por completo antes de servir.
que ricos deben estar estos vasitos, tomo nota...
ResponderEliminarMuy ricos y facilones. Un besazo
EliminarMuchas gracias por tus palabras, me encanta esta elección y madre mía esa leche recién ordenada es un lujo!
ResponderEliminarPor cierto yo soy una lectora de toda la vida y no se yo esos argumentos si son o no ciertos,me ha hecho mucha gracia eso si, mil besos
Verdad que algunos suenan a bobada? La lectura es un placer, no deberían venderla con pamplinas. Ha sido un placer homenajear tu cocina. Un besazo
EliminarMira que eres apaña!!! Jajajaja Me estoy riendo porque me he visto reflejada en cierto modo en ti, yo también soy disléxica, y me sentía fatal cuando escribía y no me daba cuenta que las letras estaban cambiada, mi abuelo que era un "artista" era un gran lector y el sin saber que yo era disléxica, para esa época eso ni se conocía, me decía que leyera mucho, como artista tenia numerosos libros de arte y recuerdo como si fuera ayer, que a mi me gustaba uno que se llamaba algo como "El museo del Prado" o "El Prado y el arte", no recuerdo muy bien, allí empecé a leer para saber de quien era cada lamina que tenia ,que era cuadros del Museo, y aprendí mucho, así empecé a coger un vicio de lectura, entonces lecturas de arte y libros apropiados para mi edad. Después ya estudiando, en unos curso sobre problemas en la lectoescritura para niños, ya trabajaba con niños, descubrí que era disléxica. Y que me enrollo mas que tu, que me encanta leer, que a la vez que trataba a mis niños para corregir mi dislexia fui corrigiendo la mia y que la lectura me enseño mucho y no soy nada repelente...jajajajaj
ResponderEliminarY sobre estos precioso vasitos que yo no había visto, que los voy hacer porque el chocolate blanco me gusta mucho y mas a mi marido, y que me encantan como te quedaron, muchos besos que te estoy echando la pata ya , en tanto enrollarme.
jajajajaja! un besazo Estela y muchas gracias por compartir tu historia. Como dices, ahora somos muy conscientes de la dislexia pero antes se consideraba un "mal vicio" por falta de concentración y lo pasábamos mal. Un besazo
EliminarMe entantan los postres en vasitos y estos deben estar tremendos.
ResponderEliminarSí que lo están. Y encima super facilones. Un besazo
EliminarEstos postres sencillos son los mejores.
ResponderEliminarFelicidades por tu receta.
Besos.