Palitos de calabacín al horno
bonhomíaNo conocía esta palabra pero claro, con los tiempos que corren no es de extrañar. Los años 20 del siglo XXI serán recordados como la época de los odiosos, los narcisistas, egocéntricos, soberbios y demás panda de cretinos con complejo del bueno de la peli cargaditos de heroísmos que nadie ve pero que despachan sin demasiada gracia en redes siendo sus turbias hazañas motivo de alabanzas que solo ellos se atribuyen a sí mismos.
Del fr. bonhomie.
1. f. Afabilidad, sencillez, bondad y honradez en el carácter y en el comportamiento.
Esto es lo más habitual últimamente. La crispación gana por goleada a la bondad. Nos quejamos de la falta de valores de los más jóvenes pero no caemos en la cuenta que es nuestra culpa porque algo hemos hecho muy mal para que las violaciones a menores por menores hayan aumentado un 80% en muy poco tiempo; que el acoso entre los críos se nos haya ido de madre y aún sigo sin escuchar a los educadores y profesionales dar consejos a los padres para saber detectar cuando un hijo acosa.
La madre del niño que acosó a Lucas en 2º de Primaria estaba convencida que su hijo era víctima de los demás niños. Mientras acosaron a mi hijo, ningún otro padre nos apoyó. Solo sus profesores. Cuando este crío cambió de víctima -ya no le salía gratis fastidiar a mi peque- empecé a recibir llamadas de otros padres para hacer frente común. Mi actitud fue la de "acude a la tutora, ella lo ha sabido gestionar muy bien" y una madre en concreto, se sintió muy decepcionada conmigo porque "parece mentira, tú que has pasado por esto". Y me la comí... no, a la mamá no, a la duda, esa sensación picosa en la conciencia que me decía: "¿pecas de egoísta o de sensata? Sea lo que sea, pecamos de pardillos, de no verlas venir y de no saber actuar. Hace 10 años de ésto y veo que seguimos igual. O peor. Hoy he presenciado un enfrentamiento entre profes en X (Twitter) hablando del acoso. Un acoso que alimenta que a ciertos críos se les coja manía en clase de tanto afearles unos cuantos, siempre expuestos con detalles sutiles al principio pero que van creciendo en crueldad y desprecio.
Y sin saber cómo, un día una cría le da una paliza a otra en la puerta del cole mientras los compañeros jalean "patada, patada" "mátala" y todo esto grabado y difundido en redes. Y sin saber cómo, una cría de 13 años con discapacidad ha sido obligada a realizar felaciones durante seis días a ocho chicos de su instituto.
Y sin saber cómo, hemos condenado a la bonhomía al ostracismo, la hemos descatalogado como a un libro viejo.
“El secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio, si puedes simular eso, lo has conseguido.” Groucho Marx
“Es más difícil ser un hombre honrado ocho días que un héroe un cuarto de hora.” Jules Renard
"Las personas honradas piensan siempre que han hecho algo malo, tal vez sin darse cuenta. Mientras que las que no lo son creen que han actuado siempre con honradez." La paciencia de la araña, de Andrea Camilleri
Ingredientes:
- 1 -2 calabacines cortados en palitos (con piel y sin las semillas centrales)
- 1 huevo
- 2 cdas. de fécula de patata (o de maíz tipo Maicena)
- sal, pimienta
- orégano, pimentón
- pan rallado
- un chorrito de aceite de oliva
- opcional: queso rallado tipo parmesano
Notas:
- Es importante ponerle el chorrito de aceite de oliva antes de hornear porque si no te queda muy duro y seco el empanado. Y más, si tienes horno de aire ya que por un lado el aire hace que el dorado sea más uniforme pero también reseca más.
- Importante NO PELAR los calabacines. Le quitas la gracia, el sabor y las vitaminas. en cambio, te recomiendo que le quites las semillas centrales ya que no aportan nada salvo agua y eso puede arruinar un poco el empanado.
- Los sobre hornee un poco porque el anti-calabacín de la casa así, muy crujientes, sí se los come ;-)
Preparación:
- Bate el huevo junto con la fécula y lo mezclas con los palitos de calabacín, las especias y el queso rallado.
- Precalienta el horno a 190ºC con aire (200º sin aire)
- Empana los palitos y los colocas en la fuente del horno sobre un papel de hornear. Pon un chorrito muy fino de aceite de oliva por encima.
- Hornea hasta que cojan color dorado. Sirve con la salsa que más te guste o simplemente con un buen chorro de limón.
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