Pastel de queso con streusel
hidalgo, gaDe fidalgo, y este del ant. fijo dalgo; literalmente 'hijo de algo'.1. m. y f. Persona que por linaje pertenecía al estamento inferior de la nobleza.2. adj. Perteneciente o relativo a un hidalgo. Familia hidalga.3. adj. De ánimo generoso y noble. Actitud hidalga.
Echaba de menos enrecetar la RAE. Y mira qué palabreja me he buscado, prolija a más no poder y no precisamente porque sus acepciones sean numerosas, para nada, sino por sus intríngulis y derivaciones. Y es que la hidalguía se las trae. Y si no, escucha... perdón, lee:
El hidalgo, para que nos entendamos, era ese hijo de noble que por haber nacido tarde no heredaba -privilegio de los primogénitos- y, o ingresaba en el clero, en el ejercito o simplemente vagueaba a la búsqueda de una dama de familia adinerada con poco "Don" pero con mucho "Din". Las damiselas don-din iban escaseando a la que el hidalgo en cuestión ya no era de primera línea, sino "nieto de" y debía recordar a la aristocracia su abolengo, y así es como se popularizó el término hidalgo de cuatro costados, ese que le mires por el abuelo que le mires, es hidalgo de sangre.
Tan lamentable era la situación de algunos que su hidalguía se reducía al pueblo o lugar donde vivían y si se mudaban perdían sus privilegios. A estos los llamaban hidalgos de gotera y también los había que pasaban tanta necesidad, que las monjitas de la caridad salían a mendigar para ellos, porque sobra decir que no había nada más indigno que un hidalgo que tuviera que trabajar. ¡Ni por asomo! y tan en boca de otros estaban que en los antiguos fueros castellanos, por ejemplo, tenían derecho a cobrar 500 sueldos en satisfacción de las injurias que se le hacían.
Y aunque a algunos les parecía una injusticia ser hidalgo y no aristócrata, otros, los que no se podían permitir la compra de un título nobiliario, se hacían hidalgos de privilegio ya bien con reales por delante o por el favor de alguien en palacio. En estos jaleos, también había los que debían demostrar su hidalguía litigando y otros reclamar su derecho a la susodicha por méritos propios... no, no, nada de méritos en la batalla, sino por méritos de bragueta y es que un padre, después de tener siete varones legítimos y consecutivos se convertía en un hidalgo de bragueta. Textual. Como si los hubiera parido, no te lo pierdas.
Y así nos luce el pelo. Un país que, como no tuvimos una reina que dijera eso de "si no tienen pan que coman brioche" nos quedamos sin revolución y nuestra Pepa, la pobre, se quedó anclada en Cádiz a la que el rey canalla -que algunos apodaron el deseado- se la llevó por delante con su absolutismo de pacotilla que solo nos dejó miseria e hidalgos venidos a menos. Y no porque el pueblo español se lo mereciera porque anda que no luchó contra el gabacho hasta que no quedó ni uno.
Y mira que injusto; esos hidalgos que buscaron el favor de los franceses, salieron no solo de rositas sino que se les ensalzó en su tercera acepción: "De ánimo generoso y noble. Actitud hidalga" mientras que el pobre y el mísero embrutecido defendió nuestra patria vendiendo el pellejo bien caro.
En fin, este pastel no tiene nada de patrio. Ni de hidalgo, porque estos pasteles son los típicos que las granjeritas centroeuropeas hornean en un plis plas y aquí paz y después gloria. Este streusel tiene de original las semillas de amapola que lo hace más crujiente. Además, he usado un molde de 22cm para que quedara más alto y hornearlo así a fuego más suave para garantizar que quedara bien crujiente.
Para la base:
- 250gr. de harina (usé espelta)
- 1 cdta. rasa de polvos de hornear
- 80gr. azúcar
- 1 huevo
- 120gr. mantequilla
Para el streusel:
- 3 cdas. de almendra molida
- 1cda. de semillas de amapola
- 1cda. de panela molida
Para el relleno:
- 500gr. Topfen/Quark
- 1 sobre de pudding o natillas
- 120gr. azúcar
- 80ml. leche
- 2 huevos (claras y yemas separadas)
- Mermelada
Preparación:
- Mezclar todos los ingredientes de la base. Reservar 1/3 de masa y con el resto rellenar la base del molde previamente untado en mantequilla y un poco de harina. Reservar.
- La masa que hemos separado la mezclamos con los ingredientes para el streusel. Reservamos en la nevera.
- Montamos las claras a punto de nieve. El resto de los ingredientes los mezclamos con ayuda de unas varillas eléctricas. Una vez que la crema esté suave, le añadimos las claras y lo ligamos bien.
- Precalentamos el horno a 170ºC.
- Echamos la crema de queso en el molde. Encima, colocamos una capa de mermelada. Por último, cubrimos con pegotes de masa del streusel. Horneamos entre 40-55 min. dependiendo del molde. Yo bajé el horno a 150ºC los últimos 20 min. para conseguir que el streusel se quedara bien crujiente. Deja enfriar por completo antes de consumir.
Esto no se hace, ya me estaba relamiendo con las torrijas y apareces con este pedazo de tarta. Hoy es domingo y habrá que hacerla para probarla.
ResponderEliminarUn saludo
Ainsss, es verdad! Yo aún me he resistido a las torrijas pero vamos, que van a caer seguro :-D Un abrazo gordo
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