Empanadillas de carne al horno

Querido lector, voz a intentar en la medida de lo posible escribir este post con la mayor rigurosidad posible dadas las circunstancias y que no son otras que arrojar un poco de luz sobre las misteriosas predicciones de una mamacita búlgara que durante gran parte del sXX lanzó infinidad de predicciones a lo Nostradamus y que parece que algunas se han cumplido y se espera que otras tantas más se cumplan pronto. 

Hablo de Baba Vanga -la bruja Vanga- y no entro en detalles sobre su vida que para eso tienes Wiki, pero parce que esta mujer predijo el ataque del 11.S, la pandemia, la invasión de Ucrania y cientos de cosas más. Antes de entrar en el modus operandi de Doña Baba, cabe destacar que casi todos los medios de comunicación que hablan de sus predicciones alertan ante la posibilidad de que las profecías hayan sido manipuladas pero aún así tiran pa'lante con el show. Así que yo también aviso que luego no se me culpe a mí de difundir bulos. Y yo, no voy a ser menos; qué no pare la función...

Sigamos; la buena mujer predecía cosas porque oía voces que le decían lo que tenía que vaticinar. Hasta aquí no hay misterio que valga porque las consultas de los psiquiatras están a reventar de casos similares. También decía que las voces eran de extraterrestres de un planeta lejano que no lo vemos porque lo esconde el Sol. Pues mira, para ser extraterráqueos saben mucho de nuestros trapos sucios y más teniendo en cuenta que una de las profecías dice que no será hasta 2179 cuando la Tierra establecerá contactos con hermanos en mente de otros mundos... así que, para no habernos visitado, mucho dicen saber de nuestras cosas, ¿no? Además la mujer era ciega -eso le daba un aire muy misterioso- y medio brujilla que le gustaba preparar hierbajos y conjurillos, así que este glamour en plan "hablo con seres misteriosos que me anticipan el futuro" pues le trajo grandes réditos porque atendía a muchos particulares profetizando su futuro.

Pero hay que contarlo todo. Muchas de sus predicciones se han hecho públicas después, a toro pasado. No antes, para evitar catástrofes, guerras o desgracias. Nop. Des-pu-és, a posteriori. Así, perdona que lo diga, pero hasta yo soy pitonisa. Y por cierto, nada se sabe de las profecías herradas o que han pasado sin pena ni gloria. Imagino, que mientras vivió, este marketing adivinatorio le reportó clientes e ingresos. ¿Pero ahora? ¿Qué mente retorcida sigue alimentando estas chorris? 

Y así fue. Tal cual.