Arroz djuvec con cevapcici
Existió un teniente japonés llamado Hiroo Onoda. Este era un nipón de los de antes de las dos bombas, con mucho rollo honor hasta la muerte, lealtad absoluta, servir a la patria o morir, etc. etc. etc. Educado en un marco en plan no hay gloria sin sufrimiento y la dignidad no entiende de fracaso, con 20 años y tras la entrada de EEUU en la guerra, Onoda se alistó en el ejército. Lo suyo eran las técnicas de guerrilla e inteligencia militar y parece que era todo un fenómeno, así que a finales de 1944, a Onoda le mandan a la isla filipina de Lubang para destruir todo lo que se le pusiera por delante.
Para su desgracia -insisto, lo del honor lo llevaba a rajatabla- cuando llega le dicen que las ordenes han cambiado: que había que evacuar la isla porque los americanos estaban al acecho pero que él y un puñado de valientes -traducción: unos cuantos pringaos que se dejen el pellejo en la contienda- debían permanecer en la isla y luchar hasta el final. Su superior parece que le dijo textualmente: "Puede que nos lleve tres años, incluso cinco, pero pase lo que pase volveremos a por ti". Llegaron los americanos, tiraron las bombas, se firmó la Declaración de Potsdam y aquí paz y después gloria. Se olvidaron de él.
No te lo voy a hacer largo: aguantó lo suyo al mando de un comando de tres hombres que se dedicaron durante lustros a robar y matar por la isla. 30 años después, a un estudiante japonés se le metió entre ceja y ceja buscarle y contarle que la guerra había terminado hacía la tira de años. Lo encontró y el teniente Onoda erre que erre: que sus ordenes son aguantar y luchar hasta la muerte. El joven que se va a Japón a localizar al mayor al mando, se lo lleva a la isla y así convencen al veterano que se rinda y que vuelva a casa. Cuando regresa flipa en colores con lo que se encuentra: rascacielos, una sociedad que nada tenía que ver con su mundo, un consumismo atroz y sus valores de patria, sufrimiento, honor y esas cosas desaparecidas en combate. Y fin. Así es la vida. Luchar ¿para qué? para nada. Nunca ha servido para nada.
Y ¿por qué no traigo una receta japo? porque no todo tiene que ir a juego como un colegial en su primer día de colegio. Este arroz y estos cevapcici vienen de la antigua Yugoslavia, por eso es difícil decidir a quien pertenecen. ¡Otros que han sufrido lo suyo y más!
Los cevapcici se preparan con distintas mezclas de carne dependiendo de donde los comas así como se presentan de mil maneras: con arroz, tipo kebap o en las parrillas veraniegas desde Estambul hasta la misma Viena. Yo te los traigo con el popular arroz serbocroata pero si vas de vacaciones por la zona, te lo servirán casi seguro con cebolla y salsa ajvar. En Austria han sustituido la salsa ajvar por mostaza -típico de mi gente-. En cualquier caso, te van a chiflar. Y el arroz también.
Ingredientes para los cevapcici:
Preparación:
Preparación:
- 500gr, de carne picada mezcla de vacuno y cerdo
- Cebolla y ajo muy muy picados. Con el ajo no te cortes, suelen estar cargaditos imagino que para espantar vampiros o algo peor.
- 2 cdtas.de pimentón dulce
- Un poco de sal y pimienta
- 1 cdta. de guindilla o de especias Vegeta (típicas de los Balcanes) o de especias para chorizo (en cualquier mercado)
- 1/2 cdta. de bicarbonato (para que la carne quede más suelta)
Preparación:
- Mezclas todo junto.
- Haces unas albondiguillas de unos 30gr. y luego las estiras a modo de un chorizo. Que reposen 1 hora mínimo.
- Las fríes en una sartén con un poco de aceite de oliva o si van en parrilla, las untas antes con un poco de aceite.
- 1 cebolla pequeña picada muy en fino
- 2-3 dientes de ajo machacados
- 1 cdta. colmada de pimentón dulce
- 2-3 cdas. de tomate concentrado o salsa espesa de tomate
- 300gr. de arroz largo
- 600ml. de caldo de carne
- 2-3 cucharadas de ajvar
- 1 cdta. de guindilla o de especias Vegeta (típicas de los Balcanes)
- un chorrito de aceite de oliva
- un puñado de guisantes a tu gusto
- sal solo si hiciera falta
Preparación:
- En una sartén, con un poco de aceite de oliva, rehogas brevemente la cebolla, el ajo, el tomate, ajvar y el arroz. Añades las especias, el caldo y lo dejas hervir a fuego suave hasta que consuma el caldo.
- Poco antes que consuma todo el caldo, añade los guisantes y si hiciera falta, añade algo de sal (si usas vegeta no hace falta que ya lleva).
- Sirve con los cevapcici por encima.
Me encanta la idea.
ResponderEliminarMuchas gracias
Muchas gracias Odry!
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