Torrijas enrolladas rellenas de crema parar semanasantear a gusto
En casa nunca hemos sido de misa. Ni siquiera mis abuelos que solo pisaban suelo santo en bodas, bautizos y comuniones. Yo de toda la familia fui la más comprometida. Formaba parte del coro de mi parroquia y atendíamos a abuelitos de nuestro barrio, echábamos una mano cuando nos dejaban en un hogar infantil próximo y socorríamos a los primeros africanos que arribaron en Madrid. Recuerdo claramente el primer chico que ayudamos, era estudiante de arquitectura. En su país estaba perseguido y no podía volver. Sus padres le ayudaron a marchar y allí estaba, hablando únicamente inglés, perdido y desorientado, con muy poco dinero encima, y sin saber para donde tirar.
Recuerdo también a un viejito que vivía en María de Guzmán. El párroco nos mandó visitarle porque llevaba semanas que no le veía en misa. Tenía miedo que el hijo le hubiera internado en un asilo porque el hombre se había quejado varias veces que él y su nuera le querían echar de casa, que le controlaban la pensión y que tenía que dormir en una cama plegable en el salón porque le habían echado de su dormitorio. Llamamos a la casa y nos nos abrían. Empezamos a llamar a este señor a gritos. Sr. Fulanoooo ¿se encuentra usted bien? creo que por vergüenza la nuera nos abrió. Nos dijo que su suegro ya no vivía en la casa, que había perdido la cabeza -demencia decía ella- y que habían tenido que internarlo y que estaba muy contento en la residencia porque había hecho amigos y bla-bla-bla. En fin, que para haber perdido la cabeza tenía el hombre mucha vida social. La parroquia lo puso en conocimiento de la policía, como en tantos otros casos de viejitos desahuciados por familiares en nuestro barrio que por cierto, eran muchos.
Yo siempre creí que a dios se llegaba desde abajo, desde la calle. Nuestro grupo se rompió porque el cura quería que nos dedicáramos a los evangelios. Que una vez aceptado el catecismo, nos dejaría hacer buenas obras. Y claro, dispersión. Hay que tener en cuenta, que en aquella época no había ONG's y que los voluntariados se promovían desde las parroquias. Cuando me separé de mi ex y me advirtieron que si me divorciaba que quedaría excomulgaba parafrasee a mi querido Groucho con aquello de "nunca pertenecería a un club que me admitiera como socio" y nunca más. Rompí con el catecismo pero no con dios.
Yo siempre creí que a dios se llegaba desde abajo, desde la calle. Nuestro grupo se rompió porque el cura quería que nos dedicáramos a los evangelios. Que una vez aceptado el catecismo, nos dejaría hacer buenas obras. Y claro, dispersión. Hay que tener en cuenta, que en aquella época no había ONG's y que los voluntariados se promovían desde las parroquias. Cuando me separé de mi ex y me advirtieron que si me divorciaba que quedaría excomulgaba parafrasee a mi querido Groucho con aquello de "nunca pertenecería a un club que me admitiera como socio" y nunca más. Rompí con el catecismo pero no con dios.
A la que iba viviendo, algunas veces me alejaba y en otras me reconciliaba. A dios cuesta mucho cogerle el tranquillo. Y a la chita callando, mi vida cuajó un estado espiritual idílico en el que todos los dioses me iban cuadrando. Dioses artesanos, mundanos, elevados, de la tierra, mitológicos. Todos tenían parentescos y todos obedecían a una necesidad requete humana de hacerse entender. Así que la parte buena y bondadosa del mundo me ha enseñado a creer y confiar en todos. La mala, la oscura y puñetera suele ir controlada por credos y de esa reniego como de la peste. Soy anticatecismos, no porque crea que son malos sino porque la gente empañada de maldad los ha manipulado a su imagen y semejanza y por culpa de estos canallas, la peña se inmola, mata y da la espalda a todo aquel que considere infiel o ateo. Aborrezco no solo el fanatismo sino también la insensatez que las distintas doctrinas llevan consigo. He conocido en mi vida gente muy lista y razonable que se convirtió por arte de magia en zote solo por intentar defender a su religión a capa y espada. No, conmigo que no cuenten.
Y aunque hay quién nos llama ateos defendemos con orgullo nuestra condición de laicos que por cierto, choca con muchas trabas sociales pero esa es otra historia. En cualquier caso y bajo ningún concepto, odio la religión venga de quién venga. Y que vayan todos mis respetos por delante. Me fastidia cuando un ateo insulta a un creyente o un partidario de un profeta se lía a ostias con los partidarios de otro colega del gremio de la profetización. Me repugna que nos cueste tanto respetar.
Y aunque hay quién nos llama ateos defendemos con orgullo nuestra condición de laicos que por cierto, choca con muchas trabas sociales pero esa es otra historia. En cualquier caso y bajo ningún concepto, odio la religión venga de quién venga. Y que vayan todos mis respetos por delante. Me fastidia cuando un ateo insulta a un creyente o un partidario de un profeta se lía a ostias con los partidarios de otro colega del gremio de la profetización. Me repugna que nos cueste tanto respetar.
Hay una frontera muy fina entre respeto e hipersensibilidad, lo sé, y por eso me he cuidado mucho en mis gestos. Creo que puedo asegurar que jamás he insultado, ni me he mofado, ni he ridiculizado ningún credo y aún así, cuando he hecho crítica de injusticias habiendo religión de por medio, algunos me han lanzado la zarpa con saña. Recuerdo que se me tachó de criticar a la iglesia católica porque compartí un cartel en Facebook donde se decía que el matrimonio gay no es un privilegio sino un derecho, que privilegio sería que no pagaran impuestos como la iglesia. Y se lio parda. También se lio parda con esta sopa cuando hice crítica por la radicalización de una parte de la comunidad musulmana de mi ciudad y hablé de mis amigas bosnio musulmanas laicas. En esta ocasión, la crítica no vino de frente sino que se me dejó primero un comentario requete naif y no exento de cariño y vía email se me tachó de colonialista europeista, soberbia e ignorante que habla sin saber y ¡vaya! créeme que me encendí como una antorcha. Excepto por lo de europeísta que me lo tomé como un halago, el resto me cayó como agua helada y sobre todo, insultada por esa falsedad de cara a la galería, esa actitud tan mezquina de clavar los puñales por la espalda sin valor de ir de frente. Días después, recibí otro email de otra creyente herida que una vez más me soltó el discurso de occidental ignorante que habla sin saber.
En fin, que estoy dándole a la hebra en exceso. Que ¿a dónde deseo llegar? a la semana santa, por supuesto. Cachis, que he venido con torrijas enrolladas, anda que la receta no va bien cargadita de indirectas. Porque nos tenía que dar vergüenza criticar como lo estamos haciendo a los católicos que viven con sentimiento la semana más penosa de su profeta, cuando no solo se le dio muerte y tormento, sino que le abandonó todo dios y su fe se quebró de puro dolor. Una semana cargada de emoción para un creyente pero que también es parte de nuestra cultura. Tradición, ¿qué tiene de malo? A un tipo le he leído decir "todo por un cacho de madera" imagino que quería ser ingenioso pero a mis ojos se me antojó como un simplón sin recursos inteligentes que aboga a la burla para sentirse guay del Paraguay. Y con leer un par de minutos unos comentarios suyos confirmé mis sospechas. Zote y maleducado al primer vistazo donde solo él y los de su calaña se creen chisposos.
Y ¿qué hice? ignorarlos. Me costó, para que mentir pero yo de esta gente paso. No la quiero en mi mundo. Me lo ensucian con sus noblezas diminutas y aunque no dudo que tengan madera de honestidad, hacen con ella astillas en su afán de llamar la atención y provocar chanza a su paso recurriendo al insulto y la mofa. Respeto coño. Claro que hay capillistas más malos que el veneno. Y que mucha peineta se pasea cargada de pólvora estos días. Y ¿qué? si ignoro a los de un lado, también tengo que hacerlo con los de la otra esquina. Qué injusto juzgar a todos los católicos por las víboras que abrazan su fe. ¡Qué no! que hay mucha gente buena que cree con el alma y desea un mundo mejor y más confortable y si lo demuestran sacando su esperanza a la calle rodeados de encapuchados a lo Ku Klux Klan, pues sea, pero ellos tienen el mismo derecho a ser respetados por ser católicos como yo por ser laica.
Estas torrijas enrolladas están para pecar sin remordimiento alguno. Son un poco laboriosas y el proceso de enrollado es como para contener la respiración pero el resultado es tan espectacular que merece la pena pasar el trance. La primera vez las vi aquí y un poquito después y con mucha alegría, vi que las hizo mi querida Esther que sobra decir la mano que tiene esta gallega para todo. Rebuscando por google, me encontré con éstas otras que creo que son el origen de nuestros pecados. Salen 12 pecadillos que saben a gloria. Yo las he versionado conforme mis gustos. En las notas puedes leer mis modificaciones.
Estas torrijas enrolladas están para pecar sin remordimiento alguno. Son un poco laboriosas y el proceso de enrollado es como para contener la respiración pero el resultado es tan espectacular que merece la pena pasar el trance. La primera vez las vi aquí y un poquito después y con mucha alegría, vi que las hizo mi querida Esther que sobra decir la mano que tiene esta gallega para todo. Rebuscando por google, me encontré con éstas otras que creo que son el origen de nuestros pecados. Salen 12 pecadillos que saben a gloria. Yo las he versionado conforme mis gustos. En las notas puedes leer mis modificaciones.
Ingredientes para la crema:
Ingredientes para las torrijas
Notas:
Preparación:
- 200 ml. de leche
- 2 cdas. de azúcar
- 1 rama de canela
- ralladura de naranja
- 1 yema
- 2 cdas. de pudding de vainilla en polvo
- 1cda. de mermelada de naranja
Ingredientes para las torrijas
- 9 rebanadas de pan de molde
- 150ml de leche más o menos
- cáscara de naranja
- la misma rama de canela
- 1 huevo más la clara que nos sobró de la crema
Notas:
- Ya sabéis lo mucho que me gustan los pudding así que en lugar de usar dos cdas. de maicena no he dudado en reemplazarlo por el pudding en polvo que le da a la crema color además de sabor avainillado.
- También he querido intensificar el sabor a naranja por lo que le he añadido al final una cda. generosa de mermelada casera. Yo la hago menos amarga que las industriales así que creo que si es comprada puedes prescindir de echarle la ralladura ya que con la mermelada sería suficiente.
- Como no me gusta tirar nada, usé la clara sobrante en el huevo para rebozar los rollitos y me alegro de haberlo hecho porque no me sobró nada.
- He reutilizado la rama de canela ya que hubiera sido una pena tirarla estando aún tan aromática. La saque de una leche para usarla en otra, nada complicado.
- Y por último, el rebozado. Me encanta moler una mezcla de azúcar y coco rallado (la proporción sería de 2 cdas. de azúcar por 1 de coco). Puedes triturarlo con un robot de cocina o con la minipimer. Le da un sabor fantástico y es una forma fantástica para no azucararlos mucho.
Preparación:
- Para hacer la crema, ponemos a calentar la leche (reservamos como 1/4 de vaso para después) con la rama de canela, el azúcar y la ralladura de naranja. A fuego lento unos 10 minutos para que se desarrolle el sabor. Subimos a fuego medio y esperamos a que rompa a hervir. Retira la rama de canela.
- Mezclamos el polvo del pudding y la yema con la leche fría que hemos reservado hasta que no quede ningún grumo. Mezcla sin dejar de remover esta mezcla sobre la leche caliente hasta que la crema espese. Retira del fuego y continúa removiendo durante unos minutos. Añade ahora la cucharada de mermelada de naranja y lígala en la crema.
- Montamos los rollos, estirando con el rodillo cada rebanada a la que le habremos quitad la corteza. Colocamos 3 rebanadas sobre film de plástico haciendo que queden superpuestas un par de dedos. Volvemos a pasar el rodillo por encima y unimos con los dedos las uniones para que quede lo más liso posible. Extendemos una tercera parte de la crema y lo enrollamos a lo ancho. Cerramos los extremos como si fuera un caramelo y repetimos la operación con el resto de las rebanadas. Dejamos que cojan cuerpo en el frigorífico.
- Calentamos la leche con la canela, azúcar y la cáscara de naranja. Dejamos que enfrié. En caliente se romperían los rollos. Batimos el huevo y la clara sobrante.
- Cortamos cada rulo en 4 rollos más o menos iguales. Calentamos una sartén con abundante aceite. Me gusta calentarlo con una corteza de naranja para que coja aroma y evitar que se sobrecaliente el aceite. Pasamos cada torrija por la leche, luego por huevo y las freímos.
- Una vez doradas por ambos lados, las sacamos sobre papel absorbente de cocina para que elimine el exceso de aceite. Aún en caliente, pasa cada rollito por la mezcla de azúcar y coco rallado previamente molidos (consulta las notas). Deja que enfrien completamente antes de servir.
Hola Mai
ResponderEliminarNo sabes lo identificada que me he sentido contigo. Yo me eduqué con las monjas y aunque en ningún momento me trataran mal, cuando salí de allí no me quedaron ganas de tener nada que ver con la iglesia. Y al alejarme me fui dando cuenta de lo absurdo de muchas cosas que nos enseñaron.
El caso es que ahora me considero atea, pero si me he alejado de la religión me niego a que me digan cómo tengo que pensar "ateamente" . Me niego a reírme de la gente que cree, la respeto y pido el mismo respeto a mis creencias, no soporto a esos que dicen que un ateo no puede ser feliz, ni tener valores.
Leí la misma conversación de Facebook y sentí rabia de que haya gente que se ríe del supuesto fanatismo de los demás sin darse cuenta de su propio fanatismo cimentado en tantos tópicos y estereotipos como los que desprecian.
Por otra parte la Semana Santa es la gran fiesta de Cartagena y yo la llevo dentro desde que nací. Era la época más bonita del año, una primavera llena de luz, de música, de flores y colores y de emociones. Sé que puede ser una incoherencia, pero me encanta y no concibo mi ciudad sin ella.
Así que respeto para todos los que actúan de buena fe, tanto de un lado como de otro, y tengamos la fiesta en paz, que ya bastante intentan amargarnosla.
Y respecto a las torrijas...pecado mortal, pero alguna vez hay que caer...
Un besazo, preciosa.
Son incoherencias relativas. Tradición y credo, ¿quién nos obliga a que tengan que ir juntas? cada uno es muy libre de vivirlo a su manera pero claro, siempre con respeto. Qué cierto lo que dices! gente que se ríe del fanatismo ajeno sin caer en la cuenta del suyo... y esto me recuerda a las charlas típicas de padres y profesores cuando éramos adolescentes: el respeto comienza por uno mismo. Curioso que muchos lo interpreten como respeto primero a mí y no como primero respeto yo...
EliminarUn beso y sigue disfrutando. Aquí empezamos a celebrar la pascua el domingo sembrando el jardín de huevos de colores, alguno de chocolate y un par de regalines para los pequeñajos :-)
Un beso
Pero yo no te dije que no hicieras estas torrijas??? yo a ti te mato!! espero que no las comieras, cuando vayas a la doctora te vas acordar de las torrijas pero no va a ser para bien y yo no quiero saber nada jeje..Te han quedado abulosas, si, pero quiero pensar que tu no las comiste, y con respecto a la religión cada uno que haga lo que le salga de donde le quiera, oye a mi que me importa lo que haga cada quien con sus ideas o creencias, mira yo estuve interna en un colegio de monjas, y no quiero verlas ni en pintura, y no suelto más detalles por la boca porque nos oye mucha gente y luego se molestan, eran lo peor!! con eso te digo todo,en este mundo somos libres para decidir en lo que queremos creer y hacer y al que no le guste que se fastidie, tengo yo bastante con mis cosas como para ver lo que hacen o creen los demás, bueno guapa por hoy te dejo que me conozco y me voy a soltar y luego no paro jeje...Besitos
ResponderEliminarNo te preocupes Esther, de vez en cuando puedo pecar, en ningún momento me han prohibido nada. Yo me he quitado mucho y lo más importante, he aumentado mi ejercicio. Así que me lo puedo permitir :-D
EliminarUn besazo!
Yo no estoy ni bautizada (y mi novio tampoco!), pero mis padres nunca nos han adoctrinado en contra de la Iglesia o de la religión. Simplemente, nos han dejado elegir nuestro camino. Tuvimos la oportunidad, ya entrando en la adolescencia, de elegir si queríamos seguir a nuestros compañeros de clase en la confirmación, pero yo prefiero mantenerme laica, por decirlo así. Lo que más miedo me da de las religiones es el adoctrinamiento y el fanatismo sin atender a razones, algo que también se manifiesta en otros ámbitos de la sociedad, no sólo religiosos. Yo intento guiarme por eso de que todos somos libres de hacer y creer en lo que queramos, siempre que no atentemos contra la libertad de los demás...
ResponderEliminarEstudiar Historia del arte me hizo comprender muchísimo más la religión, primero la cristiana y católica, pero también otras. Es lo que más me fascina, el aspecto cultural, histórico y social de las religiones. Sí, porque forman parte de nosotros, de lo que somos hoy como sociedad, y comprender sus orígenes y su evolución es fascinante. Saber que hace muchos siglos no se permitía adorar a imágenes y hoy vemos cómo los pasos procesionales levantan pasiones, o cómo durante un tiempo se limitó el culto a los santos porque casi tienen más importancia que Cristo y la Virgen en muchos pueblos. Las supuestas doctrinas de los textos sagrados se han ido reinterpretando a lo largo del tiempo, por eso me hace gracia cuando alguien afirma con total convencimiento que la "la Biblia dice esto" o lo otro. ¿Seguro?
Yo también me quedo con la parte positiva que promueven las religiones en el ser humano, aunque sé que se han cometido muchísimas barbaridades en su nombre, y se siguen cometiendo. El Islam lleva siglos de retraso con respecto al cristianismo, y a veces se nos olvida las matanzas que comertieron los cristianos en nombre de su fe en el pasado. Cualquier fanatismo es terrible.
Yo no descubrí que las torrijas eran típicas de Semana Santa hasta bien mayor, porque de niña mi Pascua estaba llena de conejos y huevos de chocolate traídos de Suiza por mis abuelos; pasábamos las fiestas en el campo o de viaje y nunca presencié una procesión hasta que me interesé por su lado artístico-cultural, ya crecidita. Pero las torrijas me recuerdan a mi abuela, que nos las preparaba para merendar a mi hermano y a mí cuando de niños se quedaba a cuidar de nosotros, parece que fue en otra vida... Seguro que le hubieran encantado tus torrijas enrrolladas con crema, era muy golosa :).
Un abrazo
Hola Liliana, siempre tienes ese punto histórico-sensato que tanto me gusta. Todo viene de algo y la inteligencia así como el nivel intelectual de las personas debe ir en dirección de corregir la barbaridad y no promoverla creando fanáticos de uno y otro lado. Cada uno a su manera pero a la postre van todos del mismo palo. Quedémonos con el lado positivo y amable :-) Un besazo
EliminarPero qué buenas y qué originales, me han encantado ehh y eso que no las he probado aún jejeje
ResponderEliminarbesos
Muchas gracias :-)
EliminarBueno después de una ajetreada Semana Santa, me pongo al día. Las torrijas pa morirse, me da que tiene que ser un poco follón enrollarlas, pero igual me animo y todo. Lo otro, coincido con mucho contigo, yo fuí a un colegio de monjas y no estoy para nada traumatizada, me casé por la iglesia pq me encantaba mi cura y mi iglesia, bautizé a mis hijos y han hecho la comunión pq seguimos nuestra tradición.....ahora sí.....como siempre digo....yo creo a mi manera, tengo línea directa con Dios, la iglesia me hace más bien poquita falta, aquí en mi pueblo....los curas son "diferents"...chicos de 27 años que pa que, una manera de portarse, curas con sotana negra que yo nunca lo ví....en fin..... yo siempre intento entender su manera de vivir....pensando que por el Norte somos todos un poco más ateillos que en el Sur.... De todos modos.....lo fundamental es lo que tu has dicho....¡RESPETO!, y casi grito como la de las patatas de hoy, es que de verdad.....con el rollito de "Libertad de expresión" la gente pierde la educación y las formas, todo el mundo puede decir a lo bestia y sin educación lo que piensa...no se donde va a ir todo esto... Creo que quizás el tema de "el cacho de madera" es uno que leí yo.....y aluciné... Pues ná, que ya me he soltado un poco, jeje...por cierto la respuesta a las patatas ha sido de quitarse el sombrero, en lugar de criticar y echar veneno por la boca, podría tomar tu ejemplo de persona educada y amable....
ResponderEliminarUn besazo guapa
Que razón María, respeto y educación es algo muy difícil de lograr y en las redes sociales lo confirmo. Nunca había presenciado en mi vida tanta concentración de peña tan carente de lo fundamental. Se pueden tener distintas opiniones pero no siempre es educado criticarlo. Si vas en un autobús con un jersey rojo ¿tengo yo derecho a llamarte impresentable por salir de casa de esa guisa? o falsa? o mala cristiana por un escote? o gritarte que tu osadía me parece DELEZNABLE? (a esta te referías verdad? sin palabras)
EliminarNo solo tienes derecho a llevar un jersey rojo sino que por educación y respeto nadie tendría que criticarte por ello. Es más, que se te respete es un derecho y no un privilegio... cosas éstas, que en las redes sociales, cada día, vemos que surgen con un descaro y una chabacanería que asusta. Todo el mundo se cree con derecho a hacer chanza, crítica o burla de aquello que uno compartió o enseñó con mimo y con respeto...
Ahí queda moza! creo que va siendo hora de hacer otra limpieza integral en facebook porque la ordinariez del poco honesto me impide disfrutar de la gente bonita con sus jerseys de colores :-) Un besazo
Maite cielo, si te contestara a todo lo que he ido leyendo te haría otra entrada pero más larga, no escribo tan bien, solo decir que creo en el respeto que cada uno haga o crea en lo que le venga en gana pero con respeto hacia los demás.
ResponderEliminarLo que si te aseguro es que creo en ti y en tus torrijas, no se en que orden pero creo que las dos sois espectaculares.
Creo que no tengo nada más que añadir. sí que un besazo y no te lleves malos ratos por defender en lo que crees o piensas.
Un besote.
Así es Merche, el respeto aunque a veces la experiencia que hemos tenido hace que ciertos círculos no nos levanten simpatías. Como dices que cada cual haga lo que le plazca pero con respeto que para eso está, para hacer uso de él :-) un besazo!
EliminarTe leí dos veces el otro día y me llamó alguien por teléfono y se me olvidó escribirte. En mi casa eramos de todo...de Misas, de visitar Iglesias en Semana Santa de todo...mi padre super religioso, mi madre lo sigue siendo...discute mucho conmigo porque aunque mis hijos han hecho la comunión (como Dios manda) y han ido a misa conmigo porque me comprometí, llegó un día en que me dijeron: "Amá, esto nosotros no", y la verdad es que la Iglesia anda "pa-tudela" y yo también me dije "NO", no podía entender que en vez de "atraer" a los niños, nos los metieran en misas que duraban 2 horas en vez de los 20 minutos cortos de rigor....y claro, eso espanta....además yo llevo 16 años un poco enfurruñada con los curas......no se portaron muy bien cuando murió mi padre, empezando por un tío mío que es Jesuíta.....en fín estos rollos mejor para una misma....Yo tengo a mi virgen de Arrate...a la que le rezo y le pido cosas porque en eso soy un poco egoísta...creo que me he perdido......y creo que ha sido cuando he vuelto a ver la foto de estas torrijas "retorcidas", ya veo que tu aquí marcando tendencias....me han parecido absolutamente increíbles y estas las tengo que hacer yo.....En fín, ya sabes que te quiero mucho y que espero que hayas descansado en Semana Santa porque yo si y mucho.
ResponderEliminarUn besazo grande
Marialuisa
Pichona, descanso poco y eso que hasta que el lunes por fin me haga las pruebas voy por la vida muy tranquila y con pies de plomo. Pero bueno, lo hemos pasado muy bien que era de lo que se trataba.
EliminarMira, estas las he "liado" ya dos veces. La segunda compré la lonchas ya largas y sin corteza y esas sí que han sido facilonas de enrollar. En cualquier caso, están tan ricas, que el trance merece la pena :-)
Un besazo
Hola preciosa!! Fui a colegio de monjas (no tengo ningún trauma por ello), luego mi madre intentó que hiciera el bachiller en uno de curas y me revelé y me fui a un instituto público, ya desde jovencita en rebeldía. No reniego de la educación religiosa que recibí, era lo que tocaba en esa época y de nada me sirve renegar ahora, pero sí que no les río las gracias, no puedo con el catecismo o la biblia (inventados), con los curas o el papa y todos los que viven a costa de la iglesia como marqueses. No practico ninguna religión, en mi interior tengo a alguien particular a quien le hablo y a quien le pido por los demás. Mi padre era de misa, no la perdonó nunca, cuando no pudo ir las veía por la tele, mi madre sin embargo, con siete chiquillos decía que no podía ir a misa porque Dios no le iba a echar una mano en casa. Me quedo con la labor social de la Iglesia, aunque ese es otro capítulo, porque no les daría un duro de todos los contribuyentes. Con lo que no puedo es con los fundamentalismos, de ninguna clase, ni religiosos, políticos, ni sociales, porque haberlos los hay en todas partes no hace falta mirar a ninguna religión en particular. El respeto es fundamental en todos los ámbitos y en la religión debería ser igual, no entiendo esas luchas, ninguna vale más que otra, simplemente hay que respetarlas, como si quieren jurar por la cuquita del niño jesús, pero hay que respetar por encima de todo las distintas opciones que tiene cualquier ser humano y ser educado a la hora de defenderlo.
ResponderEliminarDespués de todo este rollo, me voy con una torrija en cada mano, que con una no me llega, tienen que estar de revicio!!!
Besotes hermosa mía!!!
A todos nos debería obligar a aprender todas las religiones antes de practicar una concreta. Con ayuda de torrijas, más de un alma se divinifica al primer mordisco :-D seguro!
EliminarUn besazo