Kouign Amann o pastel de mantequilla bretón porque siempre vuelvo
52 días hace desde que no te escribo. Pensarás que me olvidado de ti... pero cómo, alma cándida, cómo olvidarme de tus ojos si no hay letra en este blog que no esté escrita pensando en ti. Cómo olvidarme de esa sonrisilla que nunca veo pero que tantas veces he imaginado. O cómo olvidar la angustia y el desorden en el alma cuando el mundo se ha desplomado a nuestro alrededor y desde aquí, juntos, hemos buscado la manera de racionalizarlo, de entenderlo, de no perder la esperanza ni la ilusión...
Cómo olvidarme de ti, que me has mantenido todos estos años frente a este mismo editor de entradas en el que ahora mismo me encuentro, improvisando letras que cuajen lo que siento por ti, lo mucho que te necesito y lo mucho que te añoro cuando no vengo. Pero no, no perderé tiempo en vanas excusas que ni te alimentan a ti, ni me empachan a mí... no, no, tan solo que sepas que cuando el blog calla es porque el tiempo se me echa encima, porque los días son cortos y se me va la luz en un suspiro y porque hay rachas donde mis tragones me piden repeticiones, suspiran por aquello que hice y se lamentan por lo que dejé de hacer... porque una familia necesita de sus bis, necesita oír a los más pequeños quejarse con eso de "y otra vez sooooopa" o "noooo, más garbanzooooos" ... sí, una madre siente que pierde el norte si no acuden a sus oídos tales acusaciones. Podría decirse que es como ir al cine y no comer palomitas o a un concierto y no aplaudir... no, no, el blog debe hablar -es lo suyo- pero a la familia hay que atormentarla con rutinas y quejas que comienzan cuando alzo la voz y llamo a poner la mesa y no cesan hasta que se recogió la última miga... buahhh, ¡cómo me gusta! solo de releerlo me emociono. Y es que cuando en un hogar éste es el único reproche a lamentar, eso significa que todo va bien...
Pero claro, me quita no solo tiempo sino iniciativa. Hubiera hecho pero no me puse. Habría amasado pero no encontré rato... y así, el tiempo vuela de puro sin querer. Y si al afán de atormentar en tu hogar con repeticiones, le sumas estos "y-sis" y le intercalas unas fiestas navideñas, una fiesta de cumpleaños -sí, aterricé en los 50 desde que no nos hablamos- y el resto de cohetes y fuegos artificiales con los que arranca un nuevo año... pues ea, aquí lo tienes. 52 días de demora entre plato y plato o en este caso, entre bollo y bollería. Ya, ya sé que te dije que no iba a perderme en excusas pero sino te lo digo reviento, para qué mentir...
Pero nunca pierdas la esperanza de que volveré, tardaré pero jamás te abandonaré. Si algunos optaron por morir con las botas puestas yo te desafío a vivir poniéndote las botas zampando a dos manos y me siento orgullosa al asegurarte que yo también grito al sol poniente eso de que aquí jamás pasarás hambre porque nos puede faltar el ánimo, el tiempo y la determinación pero jamás habrá post sin receta ni receta sin charla, aquí todo vale y nada sobra. Y que el viento se lleve lo que quiera porque las panzas y las almas aquí siempre encontrarán amparo...
El pastel de hoy tiene nombre y apellidos. El Kouign Amann es un pastel de mantequilla típico en la región de Finisterre. Existe una variedad individual muy mona, más hojaldrada y más vistosa que se puede degustar en alguna que otra panadería parisina y por lo que he oído, es casi obligada la visita al dentista un par de bollitos después. A mí me ha seducido ésta, la clásica pueblerina que es más mi estilo. He seguido la receta del gran Lebovitz paso a paso y si la mía quedó con menos jugos fue por su pura culpa, que me dijo que hornease a 220º y eso ha sido demasiado para mi pastel... o no, porque lo cierto es que ha dejado una capa caramelizada y extra crujiente que me ha parecido gloriosa. La luz, para variar se me iba. Saqué el pastel del horno en volandas, lo pasé a la tabla y lo acerqué a la ventana en el último instante, cuando el sol se me marchaba de picos pardos. Llegué por los pelos y dejo constancia de que en esa foto del trocito mordisqueado, me quemé la lengua, las papilas gustativas y lo que no está escrito.
Cómo olvidarme de ti, que me has mantenido todos estos años frente a este mismo editor de entradas en el que ahora mismo me encuentro, improvisando letras que cuajen lo que siento por ti, lo mucho que te necesito y lo mucho que te añoro cuando no vengo. Pero no, no perderé tiempo en vanas excusas que ni te alimentan a ti, ni me empachan a mí... no, no, tan solo que sepas que cuando el blog calla es porque el tiempo se me echa encima, porque los días son cortos y se me va la luz en un suspiro y porque hay rachas donde mis tragones me piden repeticiones, suspiran por aquello que hice y se lamentan por lo que dejé de hacer... porque una familia necesita de sus bis, necesita oír a los más pequeños quejarse con eso de "y otra vez sooooopa" o "noooo, más garbanzooooos" ... sí, una madre siente que pierde el norte si no acuden a sus oídos tales acusaciones. Podría decirse que es como ir al cine y no comer palomitas o a un concierto y no aplaudir... no, no, el blog debe hablar -es lo suyo- pero a la familia hay que atormentarla con rutinas y quejas que comienzan cuando alzo la voz y llamo a poner la mesa y no cesan hasta que se recogió la última miga... buahhh, ¡cómo me gusta! solo de releerlo me emociono. Y es que cuando en un hogar éste es el único reproche a lamentar, eso significa que todo va bien...
Pero claro, me quita no solo tiempo sino iniciativa. Hubiera hecho pero no me puse. Habría amasado pero no encontré rato... y así, el tiempo vuela de puro sin querer. Y si al afán de atormentar en tu hogar con repeticiones, le sumas estos "y-sis" y le intercalas unas fiestas navideñas, una fiesta de cumpleaños -sí, aterricé en los 50 desde que no nos hablamos- y el resto de cohetes y fuegos artificiales con los que arranca un nuevo año... pues ea, aquí lo tienes. 52 días de demora entre plato y plato o en este caso, entre bollo y bollería. Ya, ya sé que te dije que no iba a perderme en excusas pero sino te lo digo reviento, para qué mentir...
Pero nunca pierdas la esperanza de que volveré, tardaré pero jamás te abandonaré. Si algunos optaron por morir con las botas puestas yo te desafío a vivir poniéndote las botas zampando a dos manos y me siento orgullosa al asegurarte que yo también grito al sol poniente eso de que aquí jamás pasarás hambre porque nos puede faltar el ánimo, el tiempo y la determinación pero jamás habrá post sin receta ni receta sin charla, aquí todo vale y nada sobra. Y que el viento se lleve lo que quiera porque las panzas y las almas aquí siempre encontrarán amparo...
El pastel de hoy tiene nombre y apellidos. El Kouign Amann es un pastel de mantequilla típico en la región de Finisterre. Existe una variedad individual muy mona, más hojaldrada y más vistosa que se puede degustar en alguna que otra panadería parisina y por lo que he oído, es casi obligada la visita al dentista un par de bollitos después. A mí me ha seducido ésta, la clásica pueblerina que es más mi estilo. He seguido la receta del gran Lebovitz paso a paso y si la mía quedó con menos jugos fue por su pura culpa, que me dijo que hornease a 220º y eso ha sido demasiado para mi pastel... o no, porque lo cierto es que ha dejado una capa caramelizada y extra crujiente que me ha parecido gloriosa. La luz, para variar se me iba. Saqué el pastel del horno en volandas, lo pasé a la tabla y lo acerqué a la ventana en el último instante, cuando el sol se me marchaba de picos pardos. Llegué por los pelos y dejo constancia de que en esa foto del trocito mordisqueado, me quemé la lengua, las papilas gustativas y lo que no está escrito.
- 1 paquete de levadura seca de pan para 1/2 kilo de harina
- 175 ml. de agua
- 260 gr. de harina repostera
- ½ cucharita de sal
- 200 gr. de azúcar
- 110 gr. de mantequilla
- 2 cucharadas adicionales de mantequilla
Notas:
- Yo he hecho mi propia mantequilla a partir de 1/2 litro de nata fresca. Sobra mantequilla, no usé toda ya que obtuve 180gr. En lugar de agua, usé el propio suero de leche (buttermilk sin fermentar). Tan fácil como batir la nata hasta que se separa por competo del suero.
- En casa protestaron porque estaba dulce. Sí, la próxima vez pondré un poco menos (¿tal vez 180gr? sí, creo que será lo suyo).
- Como he dicho antes, tenía prisa porque se me iba la luz así que el último reposo en el refrigerador, fue corto (25 min.). Esto hizo que la masa estuviera algo blanda cuando la pasé al molde y por eso ese aspecto tan feuco. Habría necesitado endurecerse más.
- En cualquier caso, te dejo la receta tal cual y solo debes tener en cuenta que si la quieres más almibarada, con hornearla a 200ºC será suficiente.
- Disuelve la levadura en el agua (en mi caso, suero) con una pizca de azúcar.
- En un bol grande, mezcla la harina y la sal y añades la mezcla líquida. Espera unos 10 minutos antes de empezar a amasar para que la harina pueda absorber bien los líquidos.
- Espolvorea ligeramente la encimera y transfiere la masa. Comienza a amasar unos 3 minutos (aunque se pegue mucho la masa no le añadas aún mucha harina. Deja descansar de nuevo la masa otros 10 minutos.
- Volver a amasar ahora después estos descansos se hace más grato. Pero si ves que aún se pega mucho a la mesa la masa ve añadiendo algo de harina pero muy poco a poco hasta que la masa se despegue de las manos.
- Engrasa el bol con un poco de mantequilla, traspasa la masa y deja que leve durante una hora.
- Transfiere de nuevo la masa a la encimera enharinada y con ayuda del rodillo la extiendes. Pon la mantequilla en trozos y espolvorea 1/4 parte del azúcar por encima. Dobla la masa en 3. Puede que esté un poco pegajosa la masa así que ayúdate con una rasqueta de amasar. Vuelve a espolvorear otra 1/4 parte de azúcar por encima y dobla de nuevo la masa en 3. Cúbrela con film de plástico y deja que repose en la nevera 1 hora.
- Retira el film, añade una vez más otro 1/4 del azúcar y extiende la masa en un rectángulo que volverás a doblar en 3 partes. Vuelve a dejarla reposar en la nevera entre 30-60 minutos (si puedes que sea la hora redonda).
- Calienta el horno a 200ºC (o 220º si lo quieres más crujiente por encima). Extiende por última vez la masa en un cuadrado. Puedes usar un poco del azúcar que nos queda para evitar que se pegue al rodillo. Si tienes una sartén que aguante el calor del horno es el molde ideal. Lo trasfieres a la sartén (cuidado porque amenaza con romperse) y doblas cada esquina para dentro para que no sobresalgan. Espolvorea lo que te quede de azúcar por encima y riega con una o dos cucharas de mantequilla (yo usé solo una). Hornea hasta que el pastel esté dorado.
Yo también te he echado de menos, y si, también he sonreído al leerte,es un placer. No has perdido el tiempo, lo has utilizado en otras cosas que también engordan... pero qué bien nos sientan, como todo lo bueno!!! Encantada de tenerte de nuevo por aquí. Sé feliz!!! Una torta exquisita!! Bss.
ResponderEliminarTata!!!! cómo estás? hace semanas que no blogueo pero ya sabes que te espío y se que llevas mucho tiempo sin publicar. Porque yo también te he echado de menos :-) que alegría saber de ti! tú también, Tata, no te olvides de ser feliz por favor! Un besazo
EliminarBuenos dias Maite,
ResponderEliminarfeliz regreso con este pastel muy rico. Tomo un poco
para mi desayuno ;)
(me gustó escucharte)
Muchos besos!
Hola Dulce! que bien! ya no nos podemos perder la pista :-) un besazo
EliminarPues lo cierto es que se te echaba de menos, a ti y a tus gloriosos bollos, bizcochos y otras viandas de relamerse.
ResponderEliminarA mí, mi tragón, me dice eso de "por qué no haces otra vez aquello..." y yo le contesto "calla, que eso ya lo subí al blog". Un sinvivir, reina. Un sinvivir.
Este pastel me parece una maravilla. Ya sé que lleva mantequilla para morirse, pero una vez al año no hace daño y es tan tentador... Tengo que hacerlo. ¿A 220 o, crees que a 200ºC? Esa capita que cuentas y se ve tan acaramelada no parece que esté mal...
Un besito y bienvenida.
Hola Laura, pues tienes que darle el gusto a tu chico y hacer de vez en cuando un bis para que te lo aplauda con locura. Y mira, no es tanta mantequilla. 100gr. lo lleva cualquier bizcocho o galleta y cuando no más cantidad. Lo que pasa es que la mantequilla cuando se ve parece que aumenta. Si va escondida nos duele menos :-P Un beso
EliminarPD: pues mira, si va a caer con invitados de una sola pasada, a 200º y a ser posible aún tibio. Si es para vosotros y caerá en varios días mejor a 220º porque con el paso de las horas se va humedeciendo y frío se consume fenomenal. A nosotros nos duró 4 días y hasta el último mordisco muy apetecible. La versión más húmeda creo que al cuarto día no hubiera llegado...
Pues te haré caso, Mai. Se me han puesto los ojos en órbita. Gracias reina!
EliminarHooooola !!!!! Viajera esporadica!!!! Siempre estas, siempre en la brecha. Yo aun no he vuelto, ni he contadomlos dias, meses que llevo sin publicar, pero amenazo con volver!!!!!! Que alegria me da medio leerte, porque con las prisas he saltado párrafos, soy asi😉😉 ya me conozces, pero no quería dejar de escribirte y de irte que siempre estas en mis pensamiwntos y mi corazon, morenaza!!!!!
ResponderEliminarBssss al Lucas al Günter y pa ti lo que te dejen. Muacccck!!!!!
Desde Almeria con mucho viento y amor
P.D. El pasrel una pasada, el David siempre tiene cosas buenas en su blog. El loock del blog, me gussssssta. Mas muaccck
Eliminarquerida Lola! Mi bien amada! Sáltate 2 parráfos y lo que haga falta pero un trozo de pastel no dejo que te vayas sin él... y sin los besos que eso tampoco nos pueden faltar. La fuga esporádica dio para mucho y disfruté muchísimo con mi peque. Pero ya sabes lo insaciable que es una madre que ya lo quiero tener de nuevo danzando a mi alrededor. Te suena, verdad?
EliminarUn besazo gordo guapa, para ti y para tu cuadrilla:-) y a ver cuando nos hablamos!
Uf menos mal que ya estas por aqui .todos los dias mirando tu blog y esperando tus masas, tus dulcerios, tus miguillas y tuscomentarios que me hacen reir unas veces,las mas,reflexionar casi siempre. Gracias por seguir ahi un beso y feliz año
ResponderEliminarMuchas gracias Lucía :-) mira, si algo no me da rubor, es seguir prometiendo que volveré la próxima semana. Sé que muy posiblemente en unas semanas volveré a faltar a mi promesa y aún así volveré a prometerlo. No me importa mentir mil veces siempre y cuando mis metirijillas se conviertan en voluntad.
EliminarHasta la semana que viene Lucía, que sí, como un clavo regresaré a darle a la tecla y al tenedor (sí, será propuesta salada :-)
Besos
Y volver volver, volver a tus brazos otra vez,
ResponderEliminarllegare hasta donde estes
yo se perder,yo se perder, quiero volver, volver,
volver....Ains! Jamia! Que gusto otra vez, vienes cargadita eh?, no sabes lo que estoy salivando, que me ha gustado el pastel, época de todo sano, nada de grasa y yo "muero" por un trocito de esta delicia, no tengo remedio, es lo que hay ;)
Besos guapísima
Hola Caty!
EliminarSiiiii, volver a lo rancherita o como terminator pero hay que volver y sobre todo cuando uno ni se enteró de que se fue... cómo nos liamos mi querida Caty, que locura :-)
Un besazo
Pero que sacudón mas sensual y romántico te haz pegado!
ResponderEliminarMe encanta cuando volves que me da la ilusión de imprimirte y leerte a la noche y esta vez lo tuve que hacer dos veces porque una se la leí a mi chico y nos quedamos soñando y pensando y vuelta a soñar y esperando que vuelvas siempre a dejarnos babeando con tu bollería o tus super sopas saladoras del alma.
Mai querida me encanta, te entiendo, las repeticiones son importantes, te entiendo las pausas me pasa lo mismo, pero lo que mas me gusta es esas ganas de no abandonarnos.
Te quiero mi guerrera soñadora!!!
Y yo a ti, Vicky. Normalmente uno deja los tequeiros y los besos para el final pero hoy no tengo paciencia y te los digo ahora. Lo más, que me repita al terminar mi comentario :-)
EliminarQuerida Vicky, cómo te añoro! estoy sin tiempo para nada pero cuando tu me digas dejo mis tareas para que charlemos un poquito que me apetece muchísimo.
También tengo muchas ganas de que tú vuelvas. Desde que vino tu mami no has vuelto a publicar y me muero por uno de esos dulces mortales de Miranda:-)
Un besazo y también te quiero reguapa!
Cómo te echábamos de menos Maite!!
ResponderEliminarYo suponía que el único motivo de tu ausencia era, básicamente, la vida, las tareas del día a día, la familia, la Navidad... y es que por supuesto que no hay que poner excusas cuando una se ausenta de su blog durante un tiempo, que para algo es nuestro y lo hacemos por placer, pero a mí me gusta leerte y saber que no ha ocurrido nada grave durante estas semanas. Simplemente el tiempo se nos echa encima muchas veces y no siempre hay ganas, inspiración o minutos en el día para sentarse a publicar una nueva receta. Aunque me da rabia haberme perdido tu cumpleaños, espero que lo celebraras como te mereces y te mimaran mucho!!
Lo de las rutinas familiares es muy cierto. A veces me obsesiono con preparar recetas diferentes y originales constantemente, pero necesito parar y volver a mis platos rutinarios de siempre. Añoro con frecuencia las comidas de mi madre, aunque en su día me aburría que cada semana pudiera casi adivinar los menús de cada día. Pero es tan reconfortante saber que el martes tienes lentejas y el viernes macarrones gratinados!
Uf uf, menuda delicia de receta para inaugurar el año. El Kouign Amann lo probé hace tiempo en Francia y madre mía, qué cosa más buena. Como para no estarlo! El tuyo tiene una pintaza de impresión, me gusta que haya quedado una capa crujientita por fuera, y bien a gusto me tomaría un buen pedazo para desayunar ahora, aunque estuviera ardiendo ;).
Un abrazo
Así es, renegamos pero luego echamos la lágrima solo de imaginarnos uno de esos platos de a diario de nuestras mamis... hay que forjar los recuerdos familiares también con la comida :-) la originalidad está genial pero hay que dejar hueco para todo :-D
EliminarUn besazo
Ayyy que desastre soy Mai, llevo tanto tiempo viniendo a verte ¡¡52 días de verdad?? Siento que el tiempo pasa muy rápido, que desgracia que quiera hacer tantas cosas a la vez y al final ni una ni otra!!!
ResponderEliminarComo a ti, me pasa que quiero hacer cosas tan ricas que veo por aquí o por allá y luego no tengo el tiempo o cuando tengo el tiempo no tengo ganas o porque me apetece o les apetece otra cosa que ya está publicada y te aseguro que no voy a refrenar esa apetencia, el blog hablará cuando tenga que hacerlo y ya decidí que no voy a disculpar la ausencia, porque no he emigrado a Pernambuco, así que simplemente estoy descansando, jajaaa y vuelvo cuando quiera compartir algo que me encanta y este pastel es de esos que me vuelven loca, seguiré tus consejos porque los ojos me hacen chiribitas sólo de verlo.
Besotes mi bella!!!