pastel de queso con sémola y manzana para degustar clásicos
Uno de los efectos de la crisis -esta señora empieza a ser plasta y cansina- es que la gente compra menos libros. Y digo comprar, no leer. A lo largo de mi vida -y sin entrar en detalle de longitudes que nada afecta a la trama de hoy- he conocido gente que compraba libros regularmente pero jamás les vi leer alguno. He sido asidua en las colas de caja en FNAC con mogollón de personal comprando libros para regalar, casi nunca para disfrutar. He sido beneficiada regularmente -en las fiestas de guardar- de estos regalos empapelados entregados por benefactores que jamás traspasaron la introducción de ningún ejemplar.
A estos usos -o desusos- hay que añadir el factor calidad que ha venido menguando a lo largo de los años. Las editoriales ya no valen para nada más que para mandar las tiradas a imprenta. Libros insustanciales, repetitivos unos de otros, con hilos cansinos y finales que dan fatiga de pura flojera... un baturrillo, entre unas cosas y otras, que le quitan las ganas a uno de comprar literatura. Es este, el momento ideal para tirar de biblioteca pública y rescatar clásicos... quien pueda, claro. Una de las desventajas de vivir a lo expatriada en país con lengua
retorcida e incomprensible, es que las bibliotecas públicas no tienen
sección de libros en español. En alemán, ni loca. Cómo algo tan
apasionante puede convertirse en un suplicio tan atroz, viéndome forzada
a tirar de diccionario 30 veces por página para que al final, sin
remedio, deba quedarme patidifusa -física y metafísicamente hablando-
sin saber dar un sentido coherente a lo leído... no, no, fuera encanto,
fuera imaginación y fuera magia. No. De ningún modo.
Yo leo en hispano que es lo mío, donde cada doble sentido cobra su comisión en el relato. Donde no solo se disfruta del argumento sino de cada palabra, puesta en su sitio y expresada con toda la intención... placer mayúsculo que se convirtió en pánico cuando después de terminar la última remesa de libros traídos de España, esta bebedora compulsiva de páginas y epílogos comprendió -insisto, no sin su dosis de terror- que ya no quedaba más bacalao salvo volver a releer los ejemplares del estante. Y en estas estaba -hace tres o cuatro años ya no me acuerdo- cuando mi
chico me regaló la Kindle. Inicialmente frialdad. No por desagradecida,
que nadie me malinterprete. Fue esa sensación metálica que nada me
transmitía. No puedo explicar que gusano recorre mis entrañas cuando
huelo a papel -viejo o recién impreso, poco me importa- o cuando manoseo
unas tapas o un lomo desencajado... sí, es pura excentricidad, nada puedo decir en mi defensa, salvo.
Qué sí. Que es misticismo puro y duro. Mira si soy retorcida, que uno de mis anhelos, de estos que uno cuaja cuando marea la perdiz, es lo interesante que sería poder revolver en un cajón lleno de libros con dedicatoria y así entrar a curiosear entre los lazos que gente anónima ha ido tejiendo a mano alzada y casi siempre en oblicuo con sus conocidos... en alguna ocasión, lo confieso, sí que rebusqué en algún que otro cajón de libros usados y no en interés de títulos y autores sino en la búsqueda de rubricas y declaraciones: Si decides abrirlo sé que te va a gustar o Para que no me olvides y se te haga más corta la espera o esos
galimatías intimistas que imagino que para comprenderlos habría que conocer al dedicado y al dedicador. Y así, entre un con cariño y un siempre tuyo el cotilleador de dedicatorias -osea, yo- especula con quién es quién y quién dedicó a quién y quiero pensar, que un medio borrado Con todo mi amor escrito en un viejo
ejemplar de La Regenta influenció irremediablemente en el carácter de Ana Ozores... no sé si mis palabras suenan a pirada o a estúpida mental... vete tú a saber. Lo que sí y aquí estarás conmigo, es que los libros respiran humanidad de la buena por sus cuatro costados y se pueden toquetear sentimientos más allá de lo que sus autores nos quieren contar.
Porque los libros son así. La raza humana los ha querido esconder, enclaustrar, quemar, prohibir incluso bajo pena de muerte. Vasili Grossman logró esconder un ejemplar de Vida y destino que el comunismo ruso quiso eliminar. Él murió antes de saber que alguien con un par de capítulos logró sacar la obra clandestinamente en un microfilm. La crítica en aquellos años fue cruel con este libro. Aún así, Vida y destino se abrió camino y su lectura a nadie deja indiferente. Matar un libro es difícil, y desde luego, lo que no han conseguido dictadores y demás cenutrios no lo logrará ningún invento por muy libro electrónico que sea y por mucho cuento chino que nos vendan.
Anna Karenina, Dorian Grey u Oliver Twist sobrevivirán por muy empobrecidas -de espíritu- que estén las editoriales y los editores. Al capitán Alatriste ya no hay quién se lo cargue, ni a un día de cólera ni a la sonrisa etrusca o la caverna. Caín, el monje, el idiota, la historia de dos ciudades o el collar de la reina... muchos clásicos de siempre o recién inscritos al club de los libros inmortales. Pues todos, están en las bibliotecas públicas y la mayoría, por menos de 2 € en la kindle. Los clásicos son fantásticos. Buena letra, relatos fascinantes y son baratos. ¿Quién da más?
Y para acompañar esta lectura, traigo este clásico de la cocina germana rediseñado al gusto de esta casa. Es una mutación de una receta del Dr. Oetker que aquí es un poco el rey del manbo en cuanto a postres se refiere. Eliminé la mantequilla para que quedara más jugoso y rebajé el azúcar. A cambio, le aromaticé a naranja, ron y especias. Todo muy sutil para no asesinar el sabor a queso fresco y manzana. Hay clásicos que jamás pasarán de moda, Aleluya! y por la crisis ni te preocupes, sale baratito :-)
Pastel de queso con sémola y manzana
Basado en una receta de Dr. Oetker
Basado en una receta de Dr. Oetker
- 4 manzanas medianas
- 1 chorro generoso de limón concentrado
- 1 pizca vainilla molida (bourbon vanille)
- 1 pizca de nuez moscada
- 5 claras
- 1 pizca de sal
- 5 yemas
- 180gr. de azúcar
- 50ml. aceite (de canola o maíz)
- un poco de ralladura de naranja
- aroma de ron (o un chorrito en su defecto)
- 1/2 cda. de azúcar avainillada
- 500gr. de queso fresco tipo quark (topfen)
- 100gr. de sémola
- 1/2 cdita. de polvos de hornear
- Precalienta el horno a 180º C. Pela y corta las manzanas en dados menudos para evitar que se vayan al fondo del molde a la hora de hornear. Los adobamos ligeramente con limón concentrado, vainilla molida y nuez moscada. Reservamos.
- Mi consejo es que lo hagas con una procesadora de alimentos o unas varillas eléctricas. A mano te vas a quedar tonto de levantar las claras. Separa las claras de las yemas y monta las claras a punto de nieve con una pica de sal. Lo reservamos también.
- En otro bol, batimos las yemas con el azúcar y cuando la crema está formada añadimos el aceite poco a poco. A esta crema le añadimos el azúcar avainillada, la ralladura de naranja y el aroma de ron. Añadimos el queso quark y por último la sémola y los polvos de hornear (en principio no hacen falta pero deja la masa más esponjosa).
- Integramos a la masa las manzanas y finalmente las claras montadas que ya no batiremos sino que la ligaremos con una espátula y movimientos suaves.
- Untamos el molde con mantequilla que al enfriarse no deja esa sensación aceitosa en la corteza del pastel. Horneamos entre 3/4 de hora a 1 hora dependiendo del horno. Lo importante es que la superficie quede dorada de forma uniforme. Si ves que coge demasiado color, no dudes en bajar la temperatura.
Si me quitan los libros, me quitan parte de la vida... aunque voy aprendiendo a desprenderme de los que no voy a querer releer, pero me cuesta, me cuesta mucho. Tengo libros por todas partes, en cajas, en estanterías, en la mesilla, en la mesa de la sala y si, yo también hasta en ebook, aunque se me hace complicado leer ahí. ¡Que le vamos a hacer, algunos sólo salen en formato digital y si quieres leerlos es lo que toca!
ResponderEliminarMe quedo con el plato que para una tarde perezosa de lectura y sofá, lo veo ideal.
Besos.
buenos días Marhya! pues mi gran pesar siempre ha sido haber dejado tantos libros a leer que luego jamás he vuelto a ver y ahora me los reelería de buena gana. Un amigo mío, hace años me dijo: se dice que en la vida hay dos clases de tontos: los que prestan libros y los que los devuelven. Yo le contesté: Ay Luis! no, creo que hay 3. El tercer tonto es el esférico el que le mires como le mires es tonto... osea, yo :-P
EliminarUn besazo!
Mai yo aún no he dado el salto, y es que como tú vaya penita leer en algo tan frío....pero, he prometido que el próximo viaje no cargo nuestras mochilas de ladrillos para no quedarnos sin lectura a mitad del viaje y que me haré con un kindel. Si algo apasionante es dejar que un buen libro te abduzca, que no puedas soportar el tener que parar de leer porque hayas quedado, que te enfades contigo misma porque se te cierren los ojos ante el sueño, e incluso despertar y continuar leyendo bajo una linterna semiescondida bajo las sábanas deseando que el resto no amanezca. En fin, que si además de un buen libro te acompaña este pedazo de bizcocho.....planazo redondo.
ResponderEliminarUn besazo corazón
Es verdad libélula, es muy poco atractiva pero muy práctica. A quién le gusta lo libros y tiene una kindle sabe que el papel jamás morirá porque la metálica solo quita monos y el papel lo vamos guardando a modo album de recuerdos. Yo también me he enfadado por no ser capaz de leer más que dos páginas y en alguna ocasión puse firmes a mis chicos a lo "esto no puede seguir así! no puedo con tantas cosas! ya ni siquiera leo por las noches..." y claro, se miran como a mamá perdió un tornillo o qué?
EliminarUn besazo! :-)
Mi querida Mai, estoy de acuerdo contigo en casi todo... pero hay una cosa a la que tengo que contestar... Yo trabajo desde hace muchos años en una editorial de literatura infantil y juvenil, aunque en la parte administrativa. Tengo por compañeras y amigas a tres maravillosas editoras que están a mi lado y conozco su trabajo personalmente, te puedo asegurar que eligen los libros con muchísmo cariño y profesionalidad, intentan dar lo mejor de lo que encuentran y te puedo asegurar que no solo sirven para mandar tiradas a las imprentas. Por lo demás estoy totalmente de acuerdo contigo a mi también me encanta olerr los libros y tocarlos y me da mucha pena que las "máquinas" los estén sustituyendo. Recuerdo cuando de pequeña iba a asa de mi amiga y su padre tenía una pared llena de estanterias con libros, me quedaba embobada mirando, me daba respeto. Por cierto un bizcocho riquísimo, que se ve muy esponjoso. Un besazo.
ResponderEliminarBuenos días Tata,
ResponderEliminarYo también he trabajado en una editorial (grupo editorial, estábamos varias juntas) en los años 90 y viví el proceso de reducir editores, de dejar de contratar correctores (varios, cada libro se revisaba en varias etapas) y de como muchas veces se echaba a los buenos y se quedaban los menos cualificados. Algunos de ellos, ni se molestaban en leer propuestas. Firmaban acuerdos con los escritores de moda por paquetes (3 libros en 2 años y cosas similares) y se trabajaba más en conseguir contratos para conseguir las exclusivas de los bestseller USA que luego eran traducidos, no por expertos en filología inglesa, por ellos mismos que se lo encargan a empresas fantasma a nombre de su mujer, su tía o su hermana. Y sí, digo así porque la mayoría en aquel entonces eran hombres. Nosotras éramos de segunda fila y eso era el pan nuestro de cada día.
Claro que he conocido también editores de los buenos. De los que hablar con ellos daba gusto, tanto por sus conocimientos como por su profesionalidad y su calidad humana a los que también les chirriaba la dentadura de cómo se estaba transformando el escenario. La mafía de las imprentas la sufrí, vaya que si la sufrí! a lo escopeta nacional! vaya personaje que nos tocó de jefe de producción! y aunque era una empresa de solera, en mi editorial que erámos todos muy jóvenes nos tenían trabajando a casi todos sin contrato y en mi caso con un jefe que me hizo la vida imposible ... en fin, que cuando salí de allí lo hice entre el chasquido de cristales rotos. De quí salté al mundo de internet que empezaba a formase. En aquel momento, casi todos los editores veniamos del papel, de editoriales o revistas ... y sí, las historias rodaban y rodaban...
Ya te digo, Tata, no juzgo a la ligera sino que me baso en mi experiencia. Y no me malinterpretes. He dicho que las editoriales solo sirven para, no los editores. La otra alusión ha sido al empobrecimiento de espíritu de ambos y digo bien porque yo no fuí testigo sino personaje implicado que salí de allí derrotada y con la moral por los suelos...
Me alegra saber que quedan editoriales que contratan gente profesional y capaz en sus filas y que bien o han sabido mantenerse fieles a sus lectores o han resurgido de sus cenizas...
un besazo querida,
Tienes razón, no es lo mismo la editorial que los editores, yo en este caso hablo de mis editoras, que por desgracia siguen con la misma presión que tú en los años noventa, no siendo nadie a quién destacar cuando las cosas salén bien..., pero aún así trabajan para que los niños lean las mejores historias posibles. En este sector los mandamás siempre han sido de los hombres y eso, por desgracia se nota. Un besazo grande.
ResponderEliminarCuántas cosas por cambiar! 20 años de trayectoria profesioanl y laboral en España y casi siempre me topé con gente entusiasta, con ganas de hacer las cosas bien y aprender y evolucionar que al final terminaron haciendo -y hacen- más de lo que las empresas son capaces de hacer para sí mismas. Gente requeteválida que salieron "a puñados" en recortes y restructuraciones y pandillas de ineptos -y ladrones que los había- que cuando salieron lo hicieron por la puerta grande y con los bolsillos petados de dinero negro... y sucio, muy sucio...
Eliminar¡cómo no vamos a tener crisis! y como siempre, como en el medievo y más lejos aún, siempre terminan pagando los mismo, los que menos lo merecen y los que se entregan al mil por mil a su trabajo... y con contratos basura y todas esas miserias que son como las moscas cojoneras.. vuelven y vuelven y vuelven...
Lo dejo Tata, que me enciendo y llevo tiempo haciendo esfuerzos para no subirme a la farola ... pása una buena semana santa! disfruta!
bsssssssssssssssssss
Y digo yo que habrás visto Farenheit 451, ¿no? es una de mis pelis favoritas.
ResponderEliminarLos libros son mi pasión. Acompañan, enseñan, entretienen.....Desde pequeña podía pasar horas leyendo, hasta el punto que de pronto mi madre se daba cuenta de que no había sabido nada de mi en toda la tarde y preguntaba a mis hermanas ¿donde está vuestra hermana pequeña?
Me hice voluntaria en la biblioteca del colegio para poder tener accesso a todos los libros sin restricción de edad. Debía tener 10 años cuando me leí 1984 (eso explica muchas cosas, jiji). Y tenía los míos propios catalogados con sus fichas y todo. O sea, que era una friki de los libros desde mi más tierna infancia.
Y también pienso que no hay nada como el papel, pero reconozco que mi kindle me está resultando muy útil para cuando viajo. Aún recuerdo con horror cuando me quedé sin lectura en medio de un vuelo Londres-Vancouver.......una de mis peores mesadillas hecha realidad!!!!!!
Y ya sabes lo que decían en La bola de cristal: si no quieres ser como ellos, ¡lee!
La película sí el libro aún no y qué bien que me lo recuerdas :-) otro a la lista de próximamente en sus pupilas :-) Yo de pequeña no era friki pero en casa había afición a la lectura y mi hermano mayor si es friki. De estudiante trabajó en una librería donde no le pagaban pero podía leer libros a sus anchas. Siempre ha trabajo cerca de los libros hasta hoy que aún trabaja para una editorial. Hay atracciones tan brutales que uno no puede -ni quiere- romperlas...
EliminarMe has hecho recordar uno de mis viajes del primer año aquí -aún sin bebé- donde no me di cuenta que había facturado los libros y el que llevaba estaba a punto de terminarlo... me compré en el puesto de prensa que tenía al lado del embarque una biografia de Mozar, un poco al tun-tun y solo por tener plan B... y me gustó tanto que me aficioné a su música. Para mi disfrute el de mi bebote que aún en mi tripilla escuchaba cada tarde una selección de piezas de flauta y violín preciosas. Buscaré ese CD y se lo pondré en plan experimiento :-)
Un besazo
Oooh que ricoooo..... Charlamos a la vuelta
ResponderEliminarMil besos
Pásalo bien pichona!
EliminarHola Maite. Totalmente de acuerdo contigo. Donde esté un libro en papel que se quiten todas las máquinas. Veo que no soy la única rara que piensa así, jeje. Fíjate que mi hermana me ha propuesto regalarme una kindle por mi cumple y le he dicho que no... Prefiero seguir saqueando su biblioteca :-) , pero se los devuelvo cuando los termino. El pastel me encanta también, a probarlo. Besos
ResponderEliminarMi querida Mai, leyendo esta entrada de hoy no he podido dejar de pensar ni un sólo momento en mi hija Rebeca, Es como tú, exactamente igual en lo que a libros se refiere. Sus manías lectoras son muchas: libros de papel que huele y rehuele mientras lee (literalmente) y encuadernaciones en tapa dura (esta ultima manía compartida con su padre de quien a heredado la pasión lectora). Para ella no hay nada como pasar las páginas de un libro mientras lo está leyendo y cuando ha terminado colocarlo en la estantería y quedarse mirando como una boba el lomo del mismo (esta también es literal jajaja). Es por eso que en casa hay libros por todas partes ¡los adora! y ya desde bien pequeñita le encantaban. Rebeca, que tiene un corazón enorme que se sacaría del pecho si alguien se lo pidiese, hay algo que le cuesta prestar a horrores y son sus libros. Cuando rara vez le deja uno a alguien siempre le dice lo mismo: "te lo presto, pero ya sabes que te lo pediré todas las semanas hasta que me lo devuelvas, tú no te ofendas ni me tomes por pesada pero es que para los libros soy así" y cierto es que lo hace. Pero además, no contenta con ello, se compró un sello (de esos que llaman ex libris) con su nombre y apellidos para que no quede ninguna duda de a quien pertenece ese libro. Tal cual te lo cuento jajajaja así que en cuanto llegue le diré que lea tu entrada porque sé que le gustará tanto como a mi me ha gustado tu delicioso pastel. Se ve tan esponjoso que dan ganas de dar un bocado a la pantalla y con esa miga tan blanca que parece celestial.Que buen trocico me comería ahora. Mil besicos preciosa mia. Te quiero mucho mucho y mucho más.
ResponderEliminarA mí me encanta leer aunque me gustaría tener más tiempo para ello, pero no hay día que no devore unas cuantas páginas. Me viene de familia, mis padres y mis abuelso (por ambos lados) son y eran grandes lectores. Reconozco las virtudes de los libros electrónicos, sobre todo que vivo ahora en un mini apartamento, pero los de papel-de-verdad no se pueden igualar. Yo soy una yonki del olor de los libros, tanto de los nuevos como ese aroma tan especial que tienen los viejos. El tacto de las páginas, el peso del volumen... me encanta. Y me gusta mucho repasar la biblioteca vieja de mis padres, con libros comprados antes de que yo naciera, es como conectar con su pasado, mejor aún si aparecen papelitos antiguos que se usaron como marcapáginas, o pequeñas anotaciones...
ResponderEliminarLa verdad es que libros muy de actualidad no suelo leer, tengo grandes deudas pendientes y mientras sigo también con mi relectura del Mundodisco, con algo de pena ahora que su autor Terry Pratchett nos ha dejado.
El pastel me encanta, por supuesto, es muy del estilo de los que suelo preparar, usando mucho queso fresco en la masa :).
Un abrazo y feliz Pascua!
Hola Mai: me encanta el pastel que has preparado, pero tengo una duda y es la sémola. A qué te refieres en concreto a sémola de trigo duro, maizena u otra sémola. Perdona la ignorancia pero es que antes de meter la pata, prefiero preguntar. Gracias de todas formas y decirte que me encanta tu blog.
ResponderEliminarHola Elena, encantada de conocerte:-)
EliminarLa maizena no es sémola. Es fécula y las medidas no están pensadas para usar ningún tipo de fécula ya sea de maiz como es la maizena o sea de patata, de arroz de yuca, etc. En cambio, con sémola, la que quieras. Sémolas que no semolinas que son harinas refinadas de trigo duro. La más común en España es la de trigo por eso esa asociación de " sémola de trigo duro" pero se puede usar sémola de cualquier otro cereal: de espelta, centeno, arroz o de maiz, incluso polenta. Te dejo el link de wikipedia a su artículo sobre las sémolas. http://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%A9mola que aunque no se muy concreto lo mismo te ayuda en algo.
Un abrazo gordo y muchas gracias por estar ahí,
Mi queridísima, Me tardo, pero vuelvo siempre! Cuando no es el internet, es cualquier otro motivo, pero lo cierto es que me cuesta abrir el ordenador, sin embargo aquí estoy leyéndote, disfrutando de tus letras en la pantalla, como disfruto yo también mi Kindle, por que digo yo que lo que me interesa es el contenido y no es que haya abandonado el amado e irremplazable libro de papel, pero en cada cosa ha ventajas. El pastel, un lujo! Besotes
ResponderEliminarPamela! amore! cómo estás! Yo también me tardo un montón, voy como una loca queriendo tocar muchos palos... y últimamente el ocio lo malgasto tirada en mi sillón cabeceando como una abuelita... no sé, andaré flojilla...
EliminarPues eso es. Cuando a uno le gusta la letra se la enchufa hasta en vena :-D jajaja, así es, se trata de leer y para eso es my práctica. Yo la verdad es que la estoy disfrutando una barbaridad. Con el tiempo me acostumbré y no sé que haría sin ella :-)
Besos!
Acabo de descubrir tu blog y tus relatos. Tengo lectura para unos cuantos días. De momento te felicito por lo que he visto hasta ahora.
ResponderEliminarBuenas noches.
Blanca de JUEGO DE SABORES
Muchisimas gracias Ana y encantada:-) un placer conocerte. Un abrazo gordo
EliminarQue gusto siempre leerte. Da igual que hables de familas, amores o injusticias, que de libros. Siempre transmites pasión, amor y hogar :)
ResponderEliminarA mi también me transmiten otra cosa los libros en papel. Siempre digo que el hecho de sacar un libro, además del mero hecho de leer, para mi es como un punto y aparte. No es sentarse un rato en el sofá con el Ipad y cotillear noticias o blogs. Es desconectar de este mundo, transportarte a otro, cercao o lejano y dedicar un rato a leer. Ya sean horas o cinco minutos. Eso me aporta el papel, un mundo aparte.
Pero en el mundo de las expatriadas ya sabemos lo que hay. Yo ahora leo mucho en ingles. Solo porque mi chico viaja mucho a Londres y me compra todo tipo de libros tirados de precio.
Pero cada vez que voy a España me traigo uno prestado. Y eso que mi madre los compra todos de tapa dura y tremendos de grandes. Pero siempre hay hueco en la maöeta para bacalao, jamón y un libro. Y si no, en a mano, que en el avión pones cara de "que libro más interesante no puedo dejar de leer" y no dicen nada aunque te traigas una enciclopedia...
Sobre el pastel no voy a decir náda más que que estoy desenado salir de la oficina para ir a comprar los ingredientes. Este cae este fin de semana largo con maravilloso "Aprilwetter"...
Un beso guapa!!
Hola Anita! cómo estás guapísisima! Ahhhh este tiempo! tenemos una nube de polvo amarillo encima... sí! polen a mogollón que el viento está removiendo por todos lados.. pero no me quejo, nooooo, mejor esto que los días cortos y frios...
EliminarTú lo has dicho, es lo que hay y tenemos que hacernos a ello :-D besos hermosa... por cierto, lo hiciste?
Siiii, lo hice!
EliminarQue rico, nos encantó. Teníamos antojo de bizcocho casero y como este pastel tiene poco que ver con un bizcocho, al principio nos dio un poco de pereza que fuera un pastel húmedo y jugoso, con esa textura tan especial. Pero a cada trocito nos gustó más, fresquito de la nevera y tan tierno.... mmmhhh...
Gracias guapa!
:-D besos!
EliminarUna entrada de lo más interesante como ya nos tienes acostumbradas y sobre libros!! super interesante, me gusta leer pero últimamente los libros tienen un precio que no veas, tiro un poco de la bliblioteca, puesto que lo contrario sale super caro...El pastel tiene que estar maravilloso y tiene un corte estupendo,y hoy que tenemos un día con mucha lluvia sería lo ideal para tomar con un café...Bess
ResponderEliminarHola Esther! hola guapa! cómo estas? Las bibliotecas! cómo me gustan! nos ha invitado la directora del cole a colaborar para montar una en la escuela... qué encanto tienen y se encuentran libros maravillosos :-) un besazo!
Eliminar