Alubias mediterráneas con gambas y un martes que parecía miércoles
Nota del autor antes de empezar:
Querido espejo -osea, tú-, esta entrada fue escrita ayer para haberse publicado ayer porque es requisito indispensable que la lectura se sitúe en martes... ni antes ni después. Tengo dos opciones, borrarla y olvidarme otro par de años de esta historia o publicarla en diferido... ¿tú que piensas? ... me ha parecido oír un "noooo, no la borreeees, cuentaaa" puede ser? ok, pues aquí te la dejo tal cual, puño y tecla de la que suscribe a día de ayer, martes 12 de marzo.
Discúlpame si publico tan rápido -apenas hace tres días y dos noches de este rico pastel de coco- pero esta historia solo cuela en martes y si espero una semana fijo que se me pasa el arroz. Además, si el calendario no me miente, para dentro de una semana estaremos de fiesta, y no es cuestión de mezclar churras con merinas que luego nos salen las ovejas calvas o algo peor. Así que, toma asiento, límpiate las gafas en caso de tenerlas y mantén el puchero a fuego lento no vaya a ser que quememos las alubias y para qué queremos más; allá voy.
Hoy es martes. Eso ahora mismito ya nos ha quedado claro pero hace un rato vivía en la ignorancia. En martes ni te cases, ni te embarques ni te presentes a la gimnasia de los miércoles porque el casamiento te puede salir rana, el crucero podría volar y al entrar a la sala de gym encontrarte con una clase de yoga impartida por Frau Venenoskaja ... no, no te reprocho que no sepas quién es, yo llevo dos años intentando olvidarme. ¿Te acuerdas de mi operación Tajo púbico de costa a costa? Mucho ha llovido desde entonces, sí. Aquella aventura hospitalaria donde me desprendí de mi útero a lo gore y prometí que contaría los escabrosos hechos ocurridos tras la puerta de la habitación 249... pues nunca lo hice. Pase un par de meses fastidiada y las aventuras de Frau Venenoskaja y Frau Ladrillo quedaron silenciadas para siempre... o eso creía yo.
Hoy es martes. Eso ahora mismito ya nos ha quedado claro pero hace un rato vivía en la ignorancia. En martes ni te cases, ni te embarques ni te presentes a la gimnasia de los miércoles porque el casamiento te puede salir rana, el crucero podría volar y al entrar a la sala de gym encontrarte con una clase de yoga impartida por Frau Venenoskaja ... no, no te reprocho que no sepas quién es, yo llevo dos años intentando olvidarme. ¿Te acuerdas de mi operación Tajo púbico de costa a costa? Mucho ha llovido desde entonces, sí. Aquella aventura hospitalaria donde me desprendí de mi útero a lo gore y prometí que contaría los escabrosos hechos ocurridos tras la puerta de la habitación 249... pues nunca lo hice. Pase un par de meses fastidiada y las aventuras de Frau Venenoskaja y Frau Ladrillo quedaron silenciadas para siempre... o eso creía yo.
Frau Venenoskaja era mi compañera de en frente en la planta de mujeres. Suena a cárcel pero casi que no, entiéndase por hospital en planta de enfermedades femeninas. Decía, Frau Venenoskaja, una mujer que no tenía apenas sangre en las venas porque era toda ella veneno puro en estado latente... ¡ains Jesús! la primera vez que la vi, el día antes del tajo, acababan de subirla a planta. Había pasado unos días en cuidados intensivos con infección en su correspondiente tajada y desnutrida por puro empeño de no querer comer, así que la tenían llena de tubos y tuberías. Era un saquito de huesos con una cabeza ojerosa y despeluchada. Hablaba con los señores doctores, muy serios ellos y muy parcos en explicaciones. Las enfermeras, por su parte, ni un "ejem" dejaban escapar todas ellas calladas e inexpresivas. Y yo que me empiezo a hacer caquita de ver el cuadro... tal cual.
-A ver Frau Venenoskaja, le quitamos la sonda del cuello pero si no come en las próximas 24 horas se la volvemos a poner. Así que el catéter ahí se queda. La del pis, se la queda porque mientras haya infección seguirá con la bolsa a cuestas... y de dolores ¿qué? ¿qué lo que le ponemos no hace efecto? pues o le ponemos morfina o ya no nos queda nada más en la farmacia. Usted dirá.
Yo, como podrás imaginarte, asustaita perdi'a. Me entró un tembleque y unas ganas de echar a volar que no veas. Me cachis con los del red bull que a uno no le salen alas cuando las necesita. Es cierto que tal vez debería beber un par tragos para comprobar tal o cual afirmación pero en esos momentos no estaba para latas. Me estaba entrando un pánico escénico del ocho. A la que salían los médicos, el jefe del grupi -el que hablaba con Venenoskaja- me mira, se detiene y hace ademán de abrir la boca. Y aquí, yo casi que me muero de un infarto...
-Y usted -mira el cartel a los pies de mi cama- Frau Mártin, ¿qué tal, cómo se encuentra?
El subalterno le susurra: Frau Mártin entra en quirófano mañana... y aquí yo que empiezo a supurar nervios por todos mis poros. Te lo juro, gotas invisibles de sudor -ésto solo lo sabía yo- se me escurren por la colleja -por no decir algo peor- y a la que comienzo a titubear me dice:
- Pues nada, entonces usted está de maravilla. Mañana hablamos.
Y el tipo se dio media vuelta y se marchó con su séquito detrás. Yo estaba a punto de llamar a la embajada y pedirles por favor que pagaran mi rescate y me sacaran de allí cuanto antes. A punto estaba yo de tirarme por el balcón -de haberlo tenido- cuando nos trae la enfermera la hoja con los menús de la semana. Mira, por lo menos, íbamos a comer bien: tres menús donde elegir o para intercambiar. Abajo, el espacio para marcar si acusas alergias, manías, vegetarianismo o restricciones por creencias religiosas. Frau Venenoskaja tira la hoja y me dice que ella no puede comer de nada, que es vegana y que no puede comer nada de eso. Cierto es que no soy experta en el tema pero esta señora se negó a tomar cualquier cosa que le fuera entregado por el cuerpo de enfermería. Lo mismo si hubieran llamado a los del SWAT, probablemente habrían podido dispararla un par de manzanas en el body a ésta buena mujer que en el tiempo que pasé a su vera solo la vi comer las cosas que la traían de estraperlo. Y por cierto, me llamó enormemente la atención que el capuccino y el chai-latte del coffeeshop de la plaza fueran bebidas aptas para veganos y no lo fueran las infusiones y tés del centro hospitalario. En fin, cosas de la ciencia infusa que a mí se me escapan en mi calidad de paletita urbana educada a la española.
Y cuando Frau Ladrillo llegó, Günter pensó que yo no podía haber tenido más mala suerte. La 249 parecía una habitación construida para el surrealismo pero para mi sorpresa, la buena mujer, austriaquita de granja cerrada a cal y canto, resultó ser de lo más cariñosa aunque su físico, cuadrado y rotundo, sumado a sus gestos a lo schwarzenegger pero en fémina, pues como que no presagiaron nada bueno en un primer momento. El caso es que una vez perdido el pudor -después de levantarnos los refajos y enseñarnos nuestras cicatrices actuales y antiguas pruebas irrefutables de nuestra veteranía quirúrgica-, hicimos buenas migas cosa que a Frau Venenoskaja le sentó fatal. Mientras ella lanzaba la bandeja de comida a las enfermeras, nosotras nos sentábamos en nuestra mesita -juntas, nada de comer cada una en su rincón- y nos poníamos como el kiko repitiendo cada dos bocados: "oye, pues esto no está nada malo". Y mientras Venenoskaja tachaba a las enfermeras de poco pulcras y maleducadas, Frau Ladrillo iba metiendo billetes de 20€ en sus bolsillos a modo de agradecimiento porque decía que eran muy buenas, unas santas y que la administración las pagaba fatal porque tela la de cosas que tenían que aguantar... eso, ni agradecido ni paga'o. No lo dijo exactamente así, pero casi. Y quien no pille la intención, que se apunte al curso de yoga de Venenoskaja y que luego me cuente.
Ingredientes:
Preparación:
Pon las alubias en remojo por lo menos 6-8 horas antes de cocerlas. En una olla, pon el caldo de verduras, un par de hojas de laurel, unos granos de pimienta, una cebolla pelada y entera, na cabeza de ajos entera y un poco de sal. Cuando rompa a hervir lo bajas al mínimo y jueces hasta que las alubias estén tiernas (una hora y media más o menos).
En una cazuela, rehogamos los tomates, el pimiento y las cebolletas, todo cortado en trocitos muy menudos. añadimos las alubias y cubrimos con un poco de caldo de cocerlas. Si las gambas las compraste con cascara y cabeza, cuece los despojos unos 15 minutos y añade este caldo colado a al guiso. Cuida que no queden muy caldosas. Añade las gambas peladas y deja cocer unos 10 minutos a fuego medio. disuelve el alioli en un poco del caldo de la cocción y lo añades. Apaga el fuego y deja que repose unos 5-10 minutos antes de servir.
- un frasco grande de alubias blancas ya cocidas o unos 300gr. si las vas a cocer tu mismo (caldo de verduras, laurel, una cebolla entera, una cabeza de ajos entera y sin pelar y unos granos de pimienta)
- 2 tomates
- 1 pimiento asado o pimiento morrón grande
- 3 cebolletas
- 300gr. de gambas o gambones (quién tenga opción a echarle un puñadico de almejas o demás parientes que no se corte, yo las he echado de menos mucho)
- caldo de verduras o el resultante de cocer las alubias.
- 2-3 cucharadas de salsa alioli
Preparación:
Pon las alubias en remojo por lo menos 6-8 horas antes de cocerlas. En una olla, pon el caldo de verduras, un par de hojas de laurel, unos granos de pimienta, una cebolla pelada y entera, na cabeza de ajos entera y un poco de sal. Cuando rompa a hervir lo bajas al mínimo y jueces hasta que las alubias estén tiernas (una hora y media más o menos).
En una cazuela, rehogamos los tomates, el pimiento y las cebolletas, todo cortado en trocitos muy menudos. añadimos las alubias y cubrimos con un poco de caldo de cocerlas. Si las gambas las compraste con cascara y cabeza, cuece los despojos unos 15 minutos y añade este caldo colado a al guiso. Cuida que no queden muy caldosas. Añade las gambas peladas y deja cocer unos 10 minutos a fuego medio. disuelve el alioli en un poco del caldo de la cocción y lo añades. Apaga el fuego y deja que repose unos 5-10 minutos antes de servir.
Uf vaya aventura hospitalaria! Yo siempre he temido verme en un hospital lejos de mi tierra patria, tan conocida, manejable y donde al menos, sabes como y a quién decir las cosas...
ResponderEliminarMe ha encantado escucharte, y sí, yo te decía que la contaras, lo mismo era mi voz la que oías :)
y yo, y ya van 3 paseos por el hospital, más las revisiones anuales, más los 3 años de anemia y más... la leche! esto me pasa por pedir arroz:-P
EliminarBesos
PD: ves? ya me parecía a mi una vocecilla conocida:-P
+Besos
Me alegro de que no hayas borrado la entrada; simularemos por un momento que es martes y santas pascuas ;).
ResponderEliminarSe me ha puesto algo de mal cuerpo leyéndote, porque tengo pánico a los hospitales (y médicos en general, aunque mi suegra lo es), pero menos mal que la cosa acaba bien y con optimismo :).
Además, la sopa devuelve el apetito a cualquiera. Dudo que la señora vegana pudiera haberse resistido fácilmente si hubiera tenido tus sopas delante!
Un abrazo
pues sí, es cuestión de hacer la vista gorda o de cogerle el punto gracioso al tema. ayer me presenté en el gimnasio pensando que era miércoles y hoy tengo que simular que es martes para que los acontecimientos de ayer encajen.. ¿no suena locura' o mejor aún ¿a serie de TV a lo Fringe?
EliminarBesos
con tantas fraus casi me pierdo! Dime donde estña ese hospital que pasan mas cosas que en anatomia de grey! jajaja!
ResponderEliminarLas alubias una pinta indiscutiblemente buena seguro que mejor que los super menus del hospital! :)
jajajaja! pues en apariencia es requeteanónimo y aburrido. Desconozco que pasará en el resto de habitaciones pero un consejo: manténte lejos de la 249 por lo que pueda pasar:-p
EliminarBesos
uy, eso es porque la yogui no ha visto tu puchero de alubias... si lo ve se le quitan todas las tonterías de encima... jajajajaj
ResponderEliminaryo máxime he pasado por la cesárea aquí en Holanda, pero sí es verdad que estar en un hospital, fuera de tu tierra, te hace sentir más desangelado
a pesar de la historia surrealista, que me ha hecho reir, siento lo de operación, aunque con ese carácter tan risueño que tienes seguro que ya lo tienes más que superado
besos!!!
hola Aisha, Lucas también fue cesárea y prematuro por lo que tuvo que estar incubadora. Así que después de haber lidiado con aquello -y mira por donde, tú también tienes una cesárea guiri- la operación arrivederci útero estuvo requetechupada- más o menos que el kilo de útero está fastidiadísimo... pero vaya, que me sentía veterana hasta que Frau Yogui entró en mi vida.. qué pesadilla de mujer :-P
Eliminarbesos
¡Que rico plato, qué buena pinta para entrar en calor n día de nieve como es hoy!
ResponderEliminarAy, qué bueno es tener una buena compañera de cuarto en esos momentos y lo que perjudica una persona negativa. De la comida de hospital, no hablaré, yo nunca he tenido quejas pero me parece que últimamnete la cosa ha decaído hasta lo casi nauseabundo por obra y gracia de recortes, privatizaciones y demás. Las polémicas de la sanidad navarra la semana pasada me han puesto los pelos de punta.
Besos.
Hola Marhya!
EliminarNosotros tenemos nieve hoy. ültimamente nos nieva en diferido, como mi entrada;-P Por eso en el fondo me alegro que no sean habitaciones de 2. Esas me dan pánico porque si te toca una Venenoskaja no tienes escapatoria.. uy! quita...
Aquí tenemos una seguridad social mixta, en ciertos tratamientos e ingresos hospitalarios nos toca pagar, y cuando uno paga tiene que verse en qué pagas sino se lía parda. Así que la comida es buena y variada, con 3 categorías (energética, normal y light) y tú puedes ir marcando de aquí y allá. Nunca me dieron de comer nada asqueroso aunque en un hospital uno suele estar más desganado, verdad?
BEsos
Con lo bonitas que pueden ser las casualidades, ¡y a ti te ha tocado esta! Jajajaja
ResponderEliminarMenos mal que llegó Frau Ladrillo, porque aunque yo no he estado ingresada, sí algún familiar, y tener un compi de habitación desagradable no es nada llevadero...
Un beso!!
PD: Llámame zopenca, los limones los compro bio, pero como me gusta más la lima, es lo que suelo usar para la ralladura, y nunca había pensado en lo que me comentas, pero tiene más lógica que una suma hecha con calculadora... ¿Ups?
Tiene que haber de todo, Y un par de horas después tuve otra casualidad preciosa:-) al respecto, alguien que adoro me dijo que casi nada pasa al azar, que todo tiene su momento preciso y creo que Frau Venenoskaja volvió a entrar en mi vida para que yo pudiera contar por fin mis aventurillas hospitalarias que vistas como humor, fueron la leche de graciosas:-)
EliminarBesos
PD: jajaja! a mí estás cosas me advierte el Günter que es mi ingeniero químico y medioambiental de cabecera.. y mira, nunca mejor dicho:-P
Eres la bomba Mai :) lo que me he podido reír con tu descripción de tu ingreso hospitalario :)..tienes la maravillosa capacidad de hacer que algo que en un principio no suena muy alegre que digamos se convierta bajo tu teclado en una oportunidad para sonreír :)
ResponderEliminarTus alubias Mediterráneas me pintan genial...pero yo hoy vengo a ver ese pastel que me colgaste delante de las narices el otro día...brujita!!!! :)
Voy pa´yá!!!!!
Juana guapa! este es un ejercicio que llevo haciendo miles de años. En la adversidad busca el punto simpático y saca partido de él. Son esos pequeños alicientes que hacen la vida más divertida aunque apeste:-)
EliminarBEsos
Menuda experiencia hospitalaria, parece una historia para no dormir, jajaja. Es lo que pasa con los hospitales, una nunca sabe lo que se va a encontrar, entre los nervios que llevamos y las manías de los demás pacientes se crean historias para todos los gustos. Menos mal que con unas alubias como las que nos traes hoy las penas disminuyen hasta convertirse en simples anécdotas.
ResponderEliminarUn besito desde Las Palmas.
Bueno! esa era otra las noches. No lo he contado pero por las noches Frau Ladrillo y yo nos vengábamos de la lata que nos daba Venenoski. Los conciertos a ronquidos eran para no perdérselos:-D Yo creí que al dejar de fumar los ronquidos iban a desaparecer pero no. Por la noche soy un oso! algo horrible parece ser jajajaja! tela!
EliminarPero corramos un tupido velo que el tema no es nada glamuroso y son esas cosas que una dama jamás debería reconocer en público:-D
Besos
Hija recuérdame si alguna vez estoy ahí todo esto, para no pasar por esa habitación, que horror!! Odio los hospitales, hasta el olor, demasiados días y noches con sus malos recuerdos, pero como siempre, contado por ti desprende tanta pasión y desenfado que no puedo evitar poner una sonrisa boba, me río sola, con ese optimismo que te sale por todos los poros, mándame un poquito en un paquete, jajaa!!
ResponderEliminarLas alubias o judías como decimos por aquí son para resucitar a un muerto, un plato de cuchara que me pirra y tan bien acompañadas con esas gambas, lo que más me ha sorprendido gratamente es lo del alioli, esto tengo que probarlo!!
Un abrazote muy fuerte mi reina!!!
Las aventuras en un hospital pueden pintar pardas, menos mal que ya lo cuentas en la distancia y las letras salen con otro carácter, pero menuda aventurita debiste pasar en su momento, para no llamarla de otro modo.
ResponderEliminarYo si el plato es mediterráneo y lleva gambas, pues que hay que hacer yoga?, pues lo hago, pero ese que tiene nombre de loto y se hace sentado en una silla, mientras la mano agarra una cuchara y llena mi barriga, que seguro me lleva al nirvana, resumiendo; delicioso!
Besitos, guapa
Me he divertido un montón con tu historia...bueno, con tu forma de contarla, porque la historia en sí casi da miedo. Creo que ya sería capaz de reconocer a la Venenoskaja si me la cruzara, la verdad es que no soporto a esa gente que se le mete una idea en la cabeza y ya no es capaz de ver más allá ni de pensar que a lo mejor no todo el resto del mundo está equivocado. Habrá que ver las clases de yoga de la señora...
ResponderEliminarY las alubias, pa chuparse los dedos!
Un besico.
Bufff que mal rollo....ya conozco algunas de Frau Venenoskaja y son de lo mas cerrado que te puedes encontrar y muy muy sectarias....en fin niña que suerte de la Frau Ladrillo que sino es para coger y largarse...madre mía...y ya pa saber mas...como fué la clase....o te largaste ??? je je je.....Maite sabes que este plato le va a encantar al colega, le chiflan las judías y sobretodo unas que se llaman del "ganxet"...te aseguro que en cuanto aterrice lo voy a hacer y con unas cuantas almejitas que ya será el summum....un besote
ResponderEliminarEres la monda!!! Si es que sólo te podía pasar a ti!!! Estoy segura de que no vuelves a olvidar en qué día vives....
ResponderEliminarme apunto la receta haber si la hace mi madre un dia para comer, que tiene una pinta increible
ResponderEliminarOhhh llego a saber que la historia era larga y me deleito leyendo y tomando un café!!!!Hija que peripecias y aunque las lees riendo me imagino como lo pasaste....tu receta si que me ha gustado de verdad. besotes
ResponderEliminarMe troncho leyéndote, amiga!!! Cuándo piensas publicar tus memorias? Qué verbo fácil, que manera de captar la atención del lector!!! Publícalas ya.... será un best seller!! Te lo auguro! Tu receta es especial. He preparado alubias con chirlas, pero nunca con gambas, así que me llevo la receta para prepararlas en breve!!
ResponderEliminarUn besote, guapa!
IDania
Esto tiene muy buena pinta, y me recuerda mucho a los garbanzos con langostinos de Cádiz.... Me lo apunto pero para el invierno que viene que aquí ya casi estamos en temporada de gazpachos, casi, casi....
ResponderEliminarSaludos
mmmmm... que pintaza, enorabuena por este blog tan maravilloso :)
ResponderEliminarun besito desde cupcake-jimena
mae mia que pintas un poco mas y me como la foto me encantan las alubias soy fan suyo
ResponderEliminarQué delicia de receta!
ResponderEliminarMe encanta la combinación de las gambas con ls alubias.
Feliz semana
Mónica-Recetas de Mon
Mai que barbaridad!! Menos mal que te tomas las cosas con humor.
ResponderEliminarDeliciosa la receta.
Bs
Vaya historión, me ha recordado irremediablemente a mi primera experiencia hospitalaria en Cardamomoland, aunque yo la viví en segunda persona y, por tanto, el punto de vista es muy diferente. Pero vamos, la mía fue un poco para llorar porque nunca había visto un hospital más deprimente en toda mi vida y dejar a mi pobre finés solo con su tajo en aquella especie de tanatorio-sala multitudinaria de zombies fue muy triste... miedo me da el día que la tenga que vivir en primera persona, porque me da que cuando no hayan dado todavía el último punto estoy pidiendo ya el alta voluntaria. Tú al menos tenías algo de vidilla en la habitación :P
ResponderEliminarMe gusta mucho tu receta, lo del alioli me parece el acabose, vamos.
Besote.
Mira que acabo de cenar pero esas alubias con gambas entran por los ojos...
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