Panecillos de almendras con vainilla
Vaya mañana más a lo tonto que llevo. Con el editor del blog abierto y ni una palabra. Con ocho mil mails que quiero escribir y que no: ni una palabra... no es el síndrome de la página en blanco. Esto es otro rollo. Es como una flojera táctil ... o una avería en mi sistema locomotor -como siempre, yo no descarto nada que cosas más raras habrás visto casi de fijo-. Lo de hoy -y no es nuevo- es un colapso de ideas, de cosas que se agolpan en la cocorota y se aplastan unas a otras- sí, así de trágico está el tema-. Porque la verdad es que mi cabeza bulle en tropecientos pensamientos y cosas que quiero decir... pero plas! qué no. Están chafadas o qué se yo... por lo tanto, ahí que se queden las muy pedorras, que una sabe por experiencia que lo mejor es no hacerlas mucho caso y cuando la locomotora quiera, pues ya las llamará al orden... dicho esto, yo aviso: volveré a la carga con mis charlas y chascarrillos pero hoy nos quedamos solo con el pan, sin historias...
Estas cucadas, son unos panecillos sacados de un libro muy especial. Es una receta del Barriga y -sin faltar ni quitar mérito- no es su nombre quién la convierte en especial. La especialidad lleva el nombre de Núria y con ella todo su cariño que es mucho. Estas navidades me regaló el libro -entre otras muchas cosas estupendas- de Pan casero de Xavier Barriga un libro que me llegó como a mí me gustan. Usado. Yo lo he heredado y con él, las huellas de harina de Núria... no, no está sucio, es solo una metáfora, para entendernos mejor... lo que quiero decir es que es único, para tener, leer y cocinar en completa especial-armónica-atmósfera... y no te estoy hablando de un film de ciencia ficción aunque lo parezca...
Esta de hoy, es la segunda receta del libro que hago. La primera fue el brioche mediterráneo que no llegó al mundo foto a tiempo. Son las cosas del invierno. Horneo por las tardes y cuando salen de mi horno ya es de noche y me parece a lo tonto fotografiar debajo de la lámpara teniendo esta luz tan linda en casa. El lado oscuro de las fotos mañaneras, es que normalmente atacamos las hornadas en el desayuno y los chicos salen de casa con sus fiambreras bien llenas lo que implica que muchas veces el pan y los bollitos no llegan sanos y salvos a la cita con mi Cannon. En verano la cosa cambia, ya que puedo hacer fotos y fotos hasta las tantas pero ahora.... ahhhhm, esto es lo que toca...
Pero hoy, hemos tenido suerte. Sobró algo. Milagrosamente tengo unos cuantos panecillos intactos. Así que, con el permiso de Don Xavier, os dejo esta receta tan maja y tan sabrosa que tanto me ha gustado ya que además de saber a almendra y a vainilla, me sabe a mucho cariño y a amistad. De esas que los blogueros amasamos con mucho corazón aunque nunca nos hallamos visto el rodillo:-) bueno, nosotras ya nos enseñamos los rodillos hace algún tiempo pero la verdad es que chicha, lo que se dice chicha, aún no nos la hemos tocado...
Ingredientes:
Preparación:
El amasado de X. Barriga es la técnica de amasados cortos con descansos de 10 minutos. Esta operación la repite unas cinco o seis veces. En el caso de estos panecillos no es necesario ya que no vas a notar mucha diferencia si amasas todos los ingredientes juntos, haciendo un levado inicial de 1 hora, desgasificando y volviendo a levar otra hora más... si ya has hecho pan sabes como hacer este proceso y si es la primera vez, haz caso a Don Xavier que es una técnica muy usada en panadería...
Pon todos los ingredientes (menos el agua, la levadura y los albaricoques) en un bol grande y amplio. Ve añadiendo poco a poco el agua a la que vas mezclando con la mano formando el engrudo inicial. Cuando la masa haya absorbido todo el agua, pon la masa sobre la mesa de trabajo que habrás enharinado levemente. Comenzamos a amasar: golpea la masa sobre la mesa, estírala y dóblala, repite el proceso, con energía, hop-hop... otra vez... y ahora, tendrás el brazo hecho polvo en tan solo dos o tres minutos de juerga... tapa la masa con un trapo limpio y húmedo y deja que descanse unos 10 minutos. Cuando regreses a repetir el proceso, la masa estará más elástica y suave... repite esta operación 5-6 veces...
Ahora, haz un hueco en el centro de la masa y le añades la levadura desmenuzada con un chorrito de agua por encima. A mi me gusta hacer un poolish previo, es decir, antes de meterle mano a la masa -vaya, antes de empezar a hacer nada- retiro un poco de agua, deshago la levadura en el agua y mezclo dos o tres de cucharadas del harina haciendo una papilla sin grumos. Pon esta mezcla en un vaso o bol amplio para que no se desborde cuando empiece la fermentación. Yo suelo poner el poolish cerca de la calefacción en invierno y al sol en verano ya que le gusta el calor con verdadera locura...
En cualquier caso, en este punto hay que mezclar la levadura con un chorro de agua o el poolish prefermentado en la masa y amasar con paciencia hasta que está todo bien ligado y mezclado. Si la masa se pega mucho a la mesa, resiste la tentación de echar más agua. Vuelve a tapar y la dejas unos 5 minutos en descanso. Es posible que después de este tiempo se deje manejar mejor ya que la masa ha tenido tiempo de absorber con calma los líquidos. La masa siempre debe de quedar algo pegajosilla aunque debe de despegarse sin dificultad de la mesa de trabajo.
Ahora añadimos los orejones en trocitos chicos. Hacemos una bola con la masa y la dejamos una hora en un bol grande y amplio para que leve hasta doblar su tamaño. La puedes tapar con un paño húmedo o con film de plástico. Cogemos la masa y sin manosearla mucho cortamos entre 11 a 15 porciones (mis panecillos salieron 11 de unos 80 gr. cada uno y de un diámetro de 9 cm). Forma bolitas bien redondas y lisas y al colocarlas en la placa del horno (con papel de hornear encima) las aplastas levemente con la mano. Pincela con un poco de agua y cubre con almendras laminadas. Deja de nuevo que fermenten por lo menos 1 hora. Calienta el horno lo más fuerte que puedas con un cuenco de agua para generar vapor. Saca el cuenco, coloca los panecillos en el horno y baja la temperatura a 210º. Necesitarán entre 15 a 25 minutos para hornearse. Una vez fríos, espolvorea con azúcar glas.
Estas cucadas, son unos panecillos sacados de un libro muy especial. Es una receta del Barriga y -sin faltar ni quitar mérito- no es su nombre quién la convierte en especial. La especialidad lleva el nombre de Núria y con ella todo su cariño que es mucho. Estas navidades me regaló el libro -entre otras muchas cosas estupendas- de Pan casero de Xavier Barriga un libro que me llegó como a mí me gustan. Usado. Yo lo he heredado y con él, las huellas de harina de Núria... no, no está sucio, es solo una metáfora, para entendernos mejor... lo que quiero decir es que es único, para tener, leer y cocinar en completa especial-armónica-atmósfera... y no te estoy hablando de un film de ciencia ficción aunque lo parezca...
Pero hoy, hemos tenido suerte. Sobró algo. Milagrosamente tengo unos cuantos panecillos intactos. Así que, con el permiso de Don Xavier, os dejo esta receta tan maja y tan sabrosa que tanto me ha gustado ya que además de saber a almendra y a vainilla, me sabe a mucho cariño y a amistad. De esas que los blogueros amasamos con mucho corazón aunque nunca nos hallamos visto el rodillo:-) bueno, nosotras ya nos enseñamos los rodillos hace algún tiempo pero la verdad es que chicha, lo que se dice chicha, aún no nos la hemos tocado...
- 500 gr. de harina blanca de fuerza (usé espelta que me venía mejor)
- 10 gr. de sal
- 300 cl. de agua templada (no caliente, solo quitarle el frío de la tubería)
- 10 gr. de levadura fresca
- 50 gr. de harina de almendra o almendras molidas muy fino
- 50 gr. del albaricoques secos (en España los llamamos orejones)
- la pulpa de una vaina de vainilla o un poquito de extracto que también funciona
- almendras laminadas y azúcar glas para espolvorear
Preparación:
El amasado de X. Barriga es la técnica de amasados cortos con descansos de 10 minutos. Esta operación la repite unas cinco o seis veces. En el caso de estos panecillos no es necesario ya que no vas a notar mucha diferencia si amasas todos los ingredientes juntos, haciendo un levado inicial de 1 hora, desgasificando y volviendo a levar otra hora más... si ya has hecho pan sabes como hacer este proceso y si es la primera vez, haz caso a Don Xavier que es una técnica muy usada en panadería...
Pon todos los ingredientes (menos el agua, la levadura y los albaricoques) en un bol grande y amplio. Ve añadiendo poco a poco el agua a la que vas mezclando con la mano formando el engrudo inicial. Cuando la masa haya absorbido todo el agua, pon la masa sobre la mesa de trabajo que habrás enharinado levemente. Comenzamos a amasar: golpea la masa sobre la mesa, estírala y dóblala, repite el proceso, con energía, hop-hop... otra vez... y ahora, tendrás el brazo hecho polvo en tan solo dos o tres minutos de juerga... tapa la masa con un trapo limpio y húmedo y deja que descanse unos 10 minutos. Cuando regreses a repetir el proceso, la masa estará más elástica y suave... repite esta operación 5-6 veces...
Ahora, haz un hueco en el centro de la masa y le añades la levadura desmenuzada con un chorrito de agua por encima. A mi me gusta hacer un poolish previo, es decir, antes de meterle mano a la masa -vaya, antes de empezar a hacer nada- retiro un poco de agua, deshago la levadura en el agua y mezclo dos o tres de cucharadas del harina haciendo una papilla sin grumos. Pon esta mezcla en un vaso o bol amplio para que no se desborde cuando empiece la fermentación. Yo suelo poner el poolish cerca de la calefacción en invierno y al sol en verano ya que le gusta el calor con verdadera locura...
En cualquier caso, en este punto hay que mezclar la levadura con un chorro de agua o el poolish prefermentado en la masa y amasar con paciencia hasta que está todo bien ligado y mezclado. Si la masa se pega mucho a la mesa, resiste la tentación de echar más agua. Vuelve a tapar y la dejas unos 5 minutos en descanso. Es posible que después de este tiempo se deje manejar mejor ya que la masa ha tenido tiempo de absorber con calma los líquidos. La masa siempre debe de quedar algo pegajosilla aunque debe de despegarse sin dificultad de la mesa de trabajo.
Ahora añadimos los orejones en trocitos chicos. Hacemos una bola con la masa y la dejamos una hora en un bol grande y amplio para que leve hasta doblar su tamaño. La puedes tapar con un paño húmedo o con film de plástico. Cogemos la masa y sin manosearla mucho cortamos entre 11 a 15 porciones (mis panecillos salieron 11 de unos 80 gr. cada uno y de un diámetro de 9 cm). Forma bolitas bien redondas y lisas y al colocarlas en la placa del horno (con papel de hornear encima) las aplastas levemente con la mano. Pincela con un poco de agua y cubre con almendras laminadas. Deja de nuevo que fermenten por lo menos 1 hora. Calienta el horno lo más fuerte que puedas con un cuenco de agua para generar vapor. Saca el cuenco, coloca los panecillos en el horno y baja la temperatura a 210º. Necesitarán entre 15 a 25 minutos para hornearse. Una vez fríos, espolvorea con azúcar glas.
Tiene una pinta maravillosa, trato de imaginarme el aroma tan bueno que debía inundar tu casa al hornearlo, anticipando lo que vendría después, al poderlo probar. Y se me hace la boca agua. ¡Quién los pillara!
ResponderEliminarQueda guardado el enlace.
Besos.
Esta receta la tengo marcada en el libro de Barriga para hacerla, me llamó la atención en cuanto la vi. Te han quedado unos panecillos deliciosos! Bss
ResponderEliminarQué ricos! No soy mucho de vainilla, pero me la he imaginado así, en un bollito con almendras, y me ha apetecido... Precisas fotos.
ResponderEliminarB*
Que panecillos tan ricos¡¡¡¡¡¡¡Con lo que a mi me gusta una "masa"...se ven deliciosos,y ademas con aroma de vainilla uhhhmmmmmmmmmmm....
ResponderEliminarbesos.
Hola Marhya,
ResponderEliminarSon geniales para un desayuno especial, muy ricos,
Besos
Hola Lydia,
si verdad? me gustó que -salvo la de expolvorear- no llevara azúcar porque es un panecillo dulce sin endulzar casi y eso le da mucho encanto. Son además muy crujientes,
Besos
Hola Epa,
Gracias! el sabor a vainilla no predomina. Se notan mucho más las almendras -evidente- y los orejones. Los que tengo son un poco agridulces así que quedaron unos panecillos bastante suaves,
Besos
Tengo ganas de tener ese libro y de incarle el diente a uno de esos panecillos.
ResponderEliminarBesos.
Hola Cooking,
ResponderEliminarPasa y siéntate un ratico conmigo. Mira que no te he oído llegar. Son de esas masas muy agradecidas y que se disfrutan mucho amasando. Una gozada,
Besos guapa
Hola Sandy!
ResponderEliminarPues me pasó lo mismo que con mi amiga cooking, con el ruido de la tecla no te he oído llegar...pues mira, así lo mismo te doy el empujoncito que te faltaba para la hincada y de esta picas:-P
Besos
Pues aunque no estés en un buen momento para escribir, al final siempre acabas haciéndonos sonreir...
ResponderEliminarQué aspecto tan increíble tienen esos panecillos!
Un besico.
Que maravilla de panecillos, los tengo que probar!!!
ResponderEliminarAunque estés colapsada siempre es un placer leerte.
Besitos
Deliciosos, deliciosos
ResponderEliminarUn beso
Mai, querida amiga,
ResponderEliminarAndaba perdida. Liadísima con preparativos, familiares en casa, fiestas en el trabajo, y ya deseando volver a mi rutinita, que no es para nada aburrida. Qué bueno que ya hoy pude publicar una receta del fin de semana y mejor aún, he podido visitar mis blog-amigos y aquí me encuentro que tu blog tiene nueva cara. Me encanta, porque lleva las fotos de tu familia... son preciosas!!! Y, después que husmeo las fotos, bajo y me encuentro con esta estupendísima receta y tus historias detrás ellas.. cómo siempre, fantástica!!!
Un besote y Feliz 2011!!!
IDania
Viva Mai, viva Barriga, y las amigas espléndidas que comparten aventuras amasadoras.
ResponderEliminarEstos panecillos se aprecían apetitosas y no me extraña que hayan querido desfilar pavoneantes delante del sr. Cannon.
Millones de besitos!
aaah, tengo esta receta señalada, le eché el ojo desde que me compré el libro, pero no me animo a hornear con levadura, jajajajajaja
ResponderEliminarTe han quedado preciosos.
Tu cuando estás en blanco, también haces historias Mai, nos acercas a ti con esa peculiar y entrañable forma que tienes de comunicarte. Med encanta verte los ojillos en las fotos de cabecera, tienes cara de pilla jajaja.
ResponderEliminarEncantadores estos bollitos, y con la almendra y el azúcar, se ven apetecibles.
Ya sé que es repetirse pero, es que es lo que se ve, una cosa delicada y apetecible.
Un beso.
Wal.la que pasada!!!...miiiil gracias por la dedicatoria...bufff que se me caen las lágrimas...es que niña estoy sensiblera...cuando te leía pensaba pues mira yo llevo unos días que estoy pero sin estar, que quiero pero no arranco...será el tiempo? siempre lo achacamos al tiempo y el pobre debe pensar "y yo que culpa tengo de que estes pufff??" y es verdad...total que entro en tu blog y veo estos panecillos y...si si lagrimas pero de alegría...ahhh y la chicha a ver si este año la podemos tocar...jua jua...
ResponderEliminarEsta receta la he probado, parecida, la versión de Xavier, muy ricos.
ResponderEliminarSaludos
Hola Lolah,
ResponderEliminarla cabra, que tira pa'l monte:-P jajaja,
Besos
Hola Carmen,
muchas gracias y como le decía a Lola, la cabra, ya se sabe;-)
Besos
Hola Mª,
Gracias y un beso:-)
Hola Idania,
Uy, pues cuando termine con el enano a ver si me paso a ver que has cocinado esta vez:-)
Besos
Hola tronquita,
jajaja, mil gracias guapa. Y sí, estos panecillos se están dando unos aires de buenorros que no veas.. pero es que nada les puedo reprochar ;-)
Besos
Hola Ajonjoli,
Bueno, eso para ti no es problema :-)
Besos
Hola Viena,
Mira que con el pasar de los años una coge y pierde muchas cosillas por el camino pero los ojos achinadillos al reír.. los de siempre:-)
Besos
Hola Núria,
nada niña, nada de lágrimas. Todo alegría:-) y vas a tener razón que es el tiempo quien nos tiene así de apagadas... y eso, a ver si este año programamos un tocado de chicha como está mandado,
Besos
Hola José Manuel,
No me extraña y es que la foto del libro llama a gritos encender el horno,
Besos
Pues mira tu por donde yo tengo a D. Xabier en casa y no me había fijado en esta receta... así que ahora la miraré con mejores ojos... más que nada porque la conexión es lo que tiene, seguro que si ahora ojeara el libro se me antojarían de pleno jajajaja...
ResponderEliminarTE han quedado genial y ese libro tiene mucha magia, así que disfrutalo mucho.
Besitos
te han quedado super ricos. Que pinta. Bss.
ResponderEliminarEl "amontonamiento" de ideas que al final te deja sin hacer nada productivo me suena, por desgracia! En esos momentos lo mejor es desconectar, desde luego, y qué mejor si es con harina en las manos :)
ResponderEliminarMe regalaron el mismo libro en Navidad, a ver si lo estreno! Con esta maravilla de panecillos me estás tentando mucho...
Un abrazo
¡jajajajaja... qué bueno leerte!. Me encanta esta receta de Mr. Barriga, queda deliciosa.
ResponderEliminarEstos panecillos tienen que ser deliciosos, una exquisidez!
ResponderEliminarPara los que conocen a este cocinero ya deben estar muy acostumbrados a su nombre. Pero yo, cada vez que leo una receta suya me imagino que el nombre se lo gano a fuerza de probar y probar cuanta cosa necesitaba para publicar en su libro.
ResponderEliminarSi yo sigo así voy a tener que cambiar mi apellido al de Barriga porque es lo único que voy a ver cuando mire al piso, ni los pies se van a asomar.
Nosotros le llamamos damasco y si están secos "damascos secos" nomás. Orejones son los duraznos secos para nosotros. Y la verdad es que me encantan en cualquier preparación , ambos.
Se vio Luki en la foto del blog? Haciendo facha con SU cámara, jaja
De estos bollitos por acá no existen, me llevo un par y hago más Barriga.
Cariños
Hola Charrita!
ResponderEliminarjajajaj! ves? si es que donde hay una luz es porque hay corriente.. vaya chorrada más grande pero nos entendemos, verdad? ;-P
Besos guapa!
Hola Luisa! Muchas gracias bonita:-)
Hola Akane!
jajajajaja, eso es. Hay que desconectar un ratillo para que la cocorota no estalle... espero con impaciencia que nos cuentes tus experiencias con D. Xavier:-)
Besos guapa!
Hola Iratxe!
Este es un pan dulcecillo y sin leche ni grasas así que muy apto para sorprender a tu pandilla:-)
Besos
Hola Visc! Sí, muy ricos. Gracias por la visita guapa!
Hola Eri!
jajajajaja, sí, fue lo primero que pensé y me imaginaba a un señor algo bajito y regordete.. pero no, nada que ver. Vienen fotos suyas en el libro y nada qe ver. Lo de los duraznos y damascos me tiene bastante liada ya que suelo confundirlos. Apuntaré tu explicación en un post-it para tenerla cerca:-) Por cierto, en el libro viene un recte de Figacitas argentinas. Te pasaré copia de la receta para que me des tu opinión:-)
Besos querida!
Salam Maite!
ResponderEliminarQue buena pinta los panecillos, que combinación mas curiosa y apetecible, para las tardes(y mañanas y noches y media noches...)de invierno.
Te visito siempre aunque estoy un poco vaga a la hora de escribir Espera a que me anime y verás!!
Un beso y gracias.
Mai.. maravillosa receta y entrada.. como siempre..Muak.. un beso cielo..
ResponderEliminarQue gusto leerte después de tanto tiempo sin tener ni un huequicillo... Al principio me has dejado asustada con lo de que no tenías palabras... Pero ya he visto, que si que las tienes! Je, je. Como siempre la receta una pasaa. ¡Mua!
ResponderEliminarTanto tiempo sin pasar por tu blog y me encuentro tantas cosas ricas. Estos panecillos lucen increíbles. Muy buenossss!
ResponderEliminarun beso,
Hola Maryam!
ResponderEliminarCómo estás guapa?! cuánto tiempo. Me ha dado mucha alegría verte de nuevo en el patio:-) un abrazo enorme, amiga
BEsos
Hola Ben!
verdad? por una cosa o por otra, cuando uno está en esa fase es mejor ir al grano:-P
Besos
Hola Alicia!
Muchas gracias, guapa:-)
Besos
Hola Marilu!
Qué bien!cuánto me alegro que en tu huequecito hayas incluido la visita a la Mai :-) que se te echa de menos ahora que andas tan liada,
Besos
Hola Hilmar!
Estos panecillos están muy en tu onda, verdad? siempre que me paso a echarte un ojo siempre voy pensando en pan.. por qué será? ;-P
Besos