La tortilla dulce de la mami

noviembre 20, 2024
Cuentan algunas lenguas que este postre se preparaba en los madriles para lunes de pascua pero en mi casa, mi madre lo hacía siempre que se juntaba pan duro cosa que no era fácil. Nos metíamos entre pecho y espada cinco pistolas -barras de pan, nada de revólveres- y entre bocadillos y mojar salseos las cinco caían sin llegar al desayuno, que debíamos tirar de galletas María y de tostadas inglesas -pan Bimbo tostado de toda la vida-. Nos llamaba tragaldabas y cuando se cansaba de repetirlo cambiaba de vocablo y nos etiquetaba de carpantas. 

Y es que en las familias numerosas siempre han existido ciertos códigos de supervivencia que costaban de entender a los vástagos únicos. Por ejemplo, los que comíamos lento, era importante garantizar que los tragones -éstos jalaban sin masticar- no nos iban a robar las croquetas, las empanadillas, los pasteles o las rosquillas, gullerías que como te puedes imaginar se contaban y se repartían con absoluta ecuanimidad o se liaba parda... decía, pues que para evitar hurtos del vecino de mesa, chupábamos y requetechuperreteábamos los manjares del plato a modo de repelente de buitres porque eso de compartir babas con un hermano de sangre daba mucho repelús. Otra cosa era con los amigos del alma que con esos hacíamos menos ascos a la hora de compartir un vaso de coca-cola, o posteriormente con los años, la litrona de turno.
Pero comiéramos lento o sin masticar, todos éramos unos carpantas crónicos aunque la naturaleza de algunos fuera más tirando a comique y es que la vidilla que da el saber que bocado que te zampas es bocado que tu vecino pierde... ¡Ah! qué encanto tenía eso. Retorcido, sí, pero daba mucho gusto porque eran pequeñas venganzas de cuando tú le suplicabas a tu hermanito del alma por una croqueta y el muy canalla, con la boca llena de tropezones, te decía que nones, que ni hablar del peluquín, porque uno debe reventar antes que saciar el ansia del vecino zampatortas.

Así que no creo que te cueste compadecerte de nuestra pobre madre que tenía que cocinar para cinco tragantones en el mejor de los casos, porque éramos muy de ir invitando a cualquier amiguete que nos cruzáramos por el camino. En fin, eran otros tiempos. Hoy echas un par de raciones más al cocido y rompes el presupuesto semanal. Cuando éramos chicos debíamos heredar ropa y juguetes,  se sacaban dobladillos, se cosían coderas y los caprichos se concedían con cuentagotas pero comida para alimentar un regimiento nunca faltó.

Y cuando mi madre se ponía con la operación tortilla dulce, se encerraba en la cocina e iba sacando las tortillas una a una, y antes de que estuviera la siguiente ya había crisis mundial por si uno había cogido dos trozos más grandes o más bonitos o vete tú a saber qué. Y por supuesto, todas las peloteras se ejecutaban a dos carrillos. Eso de que oveja que bala, bocado que pierde en nuestra casa no se daba. Éramos especialistas en montar los pollos con la boca llena :-) Va por ti, mami.

PD: Por algún motivo, esta entrada llevaba varios años a medio hacer. Las fotos no me convencían pero tampoco me animaba a refotografiar la tortilla porque en el fondo me decía "boba, que no están tan mal" pero por algún retorcido motivo no me lancé a publicar. Inexplicable. La versión de la tortilla dulce de la mami con manzana la publiqué hace mil años, de las primeras recetas de blog. Y mira si hace, que todavía no me había aflojado la tecla y las recetas no contaban cosas. 
Ingredientes (2 tortillas de entre 20-22cm):
  • 125gr. de pan viejo cortado en daditos
  • 200ml. de leche (para empezar. El pan puede absorba más)
  • 4 cdas. de azúcar
  • 4 huevos
  • ralladura de limón o de naranja
  • una pizca de canela
  • un poco de aceite para la sartén

Preparación:
  1. Templa la leche y disuelve en ella el azúcar, la ralladura y la canela. Pon el pan en un bol, añade la leche y deja que repose unos 10 minutos. Después añade los huevos bien batidos. 
  2. Pon a calentar una sartén antiadherente con un poquito de aceite y cuaja las tortillas. Tienen que quedar finitas para que cuajen bien primero con la sartén caliente y después bajando el fuego a moderado lento. 
  3. Le das la vuelta con ayuda de un plato y misma operación. Sirve templada o fría con un poco de azúcar por encima (glas o granulada a tu gusto)

Tarta de queso y calabaza

noviembre 17, 2024
En una rosa caben todas las primaveras. 
Antonio Gala
Uno puede vivir sin pan, pero no sin rosas. 
Jean Richepin
Preferiría tener rosas en mi mesa, que diamantes en mi cuello. 
Emma Goldman
La rosa no hace propaganda de su aroma, pero su fragancia única se esparce a sus alrededores. 
Sukarno
La rosa simplemente existe; es perfecta en cada momento de su existencia. 
Ralph Waldo Emerson
Si la rosa es una flor hermosa, es también porque florece por su cuenta. 
Charles De Leusse
Es el tiempo que le has invertido a tu rosa lo que la hace tan importante. 
Antoine de Saint-Exupéry
El amor plantó una rosa, y el mundo se volvió dulce. 
Katharine Lee Bates
Un mes más, hoy es domingo de reto, de Homenajeblog, donde nos volveremos a colar en cocinas ajenas y homenajeamos al anfitrión cocinando alguna de sus recetas. Esta vez tenemos el gustazo de hacerle los honores a Rosa del blog La Rosa dulce un sitio precioso donde yo he tenido algo de mano en su diseño :-) y con un montón de recetas que me chiflan. Es un sitio de referencia para quien busca recetas sin gluten y sin lactosa y su fotografía es de diez. O más. Me ha sido difícil decidirme pero ganó esta tarta de queso porque tengo aún bastantes calabazas en casa y se me antojó rápidamente.  Estaba riquísima, ¡ Gracias Rosa!
Ingredientes para un molde de 24cm.
  • 225gr. galletas a tu gusto (yo he usado tipo Lotus)
  • 60gr. mantequilla
  • 3 cdas. de nata líquida

  • 3 huevos XL ó 4 L
  • 600gr. de queso crema 
  • 100gr. de nata líquida
  • 100gr. de yogur
  • 110gr. de azúcar
  • 2 cdas. de maicena
  • vainilla
  • 4 especias (allspice)
  • 50gr. de panela molida
  • 400gr. de calabaza cocida

  • Para acompañar: 150gr. de nata montada, 1 cda. de azúcar y 2 cdas. de queso mascarpone
Notas:
  • He hecho algunas rectificaciones ya que las proporciones de Rosa son para un molde de 15cm. No he querido añadirle el doble de azúcar ni más nata líquida. Lo he compensado con yogur.
  • Puedes decidir como quieres la masa: más cremosa (con las claras sin batir) o más esponjosa (con las claras a punto de nieve). Cambia la textura pero el sabor es fantástico en cualquier caso.

Preparación:
  1. Hacemos las galletas migas y las mezclamos con la mantequilla derretida y las cucharadas de nata líquida. En un molde de 24cm, engrasado ligeramente con mantequilla, ponemos esta masa y cubrimos la base. Podemos aplastarla con ayuda de un vaso o una cuchara. Reservamos.
  2. Montamos las claras a punto de nieve y reservamos.
  3. En un bol, mezclamos las yemas, el queso crema, la nata, el yogur, el azúcar blanco, la maicena, la vainilla y las especias. 
  4. Mezclamos la panela con la calabaza cocida y escurrida. Lo trituramos hasta tener un puré liso. Lo añadimos al bol y batimos hasta ligarlo todo bien. 
  5. Con ayuda de una espátula, incorporamos las claras montadas y mezclamos suavemente hasta que no queden grumos.
  6. Precalentamos el horno a 170-160ºC dependiendo del horno.
  7. Forramos el molde con papel de aluminio y lo colocamos sobre un plato o fuente con agua para cocerlo al horno al baño maría.
  8. Incorporamos la masa al molde y horneamos ente 1 hora a hora y media (dependiendo del horno y de cuan cuajada la deseas). Cuida que no coja mucho color. Si ves que pasa, baja el calor. Estará lista cuando veas que al tocar ligeramente el centro se nota firme pero temblorosa. Deja que temple en el horno con la puerta abierta. Una vez frío, lo refrigeras hasta que lo vayas a consumir. En total, necesitará de unas 4 horas. 

Crema de patata e hinojo

noviembre 12, 2024
rencor 
De rancor.

1. m. Resentimiento arraigado y tenaz.
Qué cosas. La RAE vuelve a ser escueta en una definición harto extendida, arraigada, expresada, sentida y enquistada. Cuánta parquedad para un sentimiento de segunda fila que acampa a sus anchas por todo el universo. En un capítulo de La cena de los idiotés de Aimar Bretos, éste planteaba a sus invitados el dilema de si el rencor es legítimo o no. El rencor como tal, no su interpretación o consecuencias del mismo. ¿Es legítimo sentirlo? ¿Nos afea? 

Claro, tan escueta es la definición que se vuelve complicada cualquier reflexión. No obstante, la susodicha adjunta los siguientes sinónimos: animadversión, odio, inquina, encono, aversión, aborrecimiento, tirria. Qué feo todo. Qué odioso suena. Realmente, la diferencia entre la definición de rencor y de odio está en el hecho de que la segunda va un poco más lejos y aparte del resentimiento que ambas comparten, el odio añade el facto de desear el mal a alguien. 
Así con todo, ¿Qué supone el rencor en nuestras vidas? ¿nos ataca a todos por igual? ¿es justo que se nos juzgue por lo que sentimos o hay que ceñirse a los hechos y juzgar solo los actos?. Y si la alevosía es un agravante jurídico y el odio un delito ¿el rencor también? y ¿existe el rencor sin odio y el odio sin rencor?.

Puf, menudo melón me da ahora por abrir. Así, sin oír ahora mismo ninguna otra opinión que me abra otras vías de pensamiento, se me antoja que nadie estamos libres de sentir su puñalada y que esa omisión de juicio en su definición, al decir que es un gesto arraigado y tenaz pero sin entrar en más valoraciones, es intencionada con el fin de relativizar un poco las malas pulgas que traemos de serie.

Porque el rencor, sin ir más allá ni convertirlo en odio, es un sentimiento fastidioso que por sí solo no daña al prójimo sino a uno mismo. Nos amarga y no me cabe duda que nos acorta la vida. Y como acabo de leerle a Manuel Jabois -que también es contertulio de los idiotés de Aimar-  el rencor machaca las células y nos hace envejecer más que la mala vida. Alimentarlo es pura autolesión y puede que sea más adictivo que la heroína u otra de esas mierdas porque donde anida se queda, nunca se va del todo y te deja hecho una piltrafa.

Pocas cosas más sanas hay que perdonar a un enemigo y vanagloriarte en la paz que ese acto desprende. Y pelillos a la mar. 
Esta es una sopa facilona, que busca sabores simples y definidos. Además el hinojo es fantástico: mucha fibra, pocas calorías, ayuda a la digestión y es un remedio estupendo para las nauseas de las embarazadas. Tiene mucho ácido fólico y regula el intestino. Y está bueno, ¿Qué más quieres? Bueno puestos a pedir, disfruta esta crema con unos tropezones de pera caramelizada. El contraste es maravilloso. Ya me cuentas.


Ingredientes:

  • Más o menos 350gr. de patatas
  • 1-2 hinojos
  • 1/2 cebolla
  • 1 diente de ajo (o ajo en polvo)
  • 3/4litro de caldo de verduras
  • 2 cdas. de queso crema (tipo Philadelphia)
  • Sal y pimienta
  • Nuez moscada
  • Para acompañar: 1 pera, una pizca de mantequilla y 1 cda. de azúcar morena

Preparación:
  1. Pon a cocer en una olla a fuego medio bajo, las patatas, el hinojo, la cebolla y el ajo en el caldo de verduras. Deja que cueza unos 15 min.
  2. Añade el queso de untar y tritura la crema con un procesador de alimentos o con la minipimer. Salpimienta y aromatiza con un poco de nuez moscada.
  3. Para acompañar, carameliza una pera cortada en trocitos pequeños con un poquito de mantequilla y una cucharada de azúcar. 

Crema de zanahorias y chirivía

octubre 26, 2024
"Dedico esta edición a mis enemigos, que tanto me han ayudado en mi carrera". 
Camilo José Cela, La familia de Pascual Duarte
"A un viejo amor que murió sin darme tiempo a pedirle perdón". 
Manuel Maristany, La enfermera de Brunete
"A Joanna, mi brillante y hermosa esposa, sin quien yo nada sería. Ella me conforta y consuela siempre, nunca se queja ni interfiere en nada, no pide nada y lo da todo, y, además, escribe mis dedicatorias". 
Albert Paul Malvino, Principios de electrónica
"A la memoria de AGUEDILLA, 
la pobre loca de la calle del Sol,
que me mandaba moras y claveles"
Juan Ramón Jiménez, Platero y yo

"A Conchita, mi mujer desde hace cuarenta años. Nuestro amor es ya casi un incesto". 
Jaime Campmany, El pecado de los dioses
"Para aquellos que piden deseos cuando ven una estrella fugaz". 
María Martínez,  Cuando no queden más estrellas que contar
"Para el alma que ella dejó de guardia permanente, como una lucecita encendida, en mi casa, en mi cuerpo y en el nombre por el que me llamaba". 
Carmen Martín Gaite, Nubosidad variable


Ingredientes:

  • entre 300-350gr. de zanahorias
  • entre 200-250gr. de chirivía
  • 1-2 patatas
  • 1/2 puerro
  • 1/2 cebolla
  • 1 manzana
  • 1/2 vaso de vino blanco
  • 3/4 litro de caldo de verduras
  • 1-2 cdas. de queso crema
  • Un poquito de mantequilla
  • sal y pimienta al gusto

Nota:
  • Las cantidades dependen un poco de ti, de los sabores que quieras destacar.

Preparación:
  1. Pela y corta las verduras que rehogarás con un poquito de mantequilla antes de añadirle el caldo y el vino blanco.
  2. Cuando lleve unos 5 min. cociendo a fuego lento, le añades la manzana pelada y sin las semillas. Deja que cueza 15 minutos más.
  3. Añade el queso crema y trituras. Salpimienta a tu gusto.

Obispos con leche

octubre 20, 2024
fetiche 
Del fr. fétiche, este del it. feticcio, y este del port. feitiço 'hechizo, sortilegio'.

1. m. Ídolo u objeto de culto al que se atribuyen poderes sobrenaturales, especialmente entre los pueblos primitivos.
Por lo que sea -algo que aún desconozco- he tenido de toda la vida un fetiche brutal con las piedras. Desde niña las he ido recogiendo y coleccionando llegando a suponer un serio problema el almacenaje de tanto canto rodado. He tenido un montón de fósiles más o menos vistosos, encontrados en el mar -dentro del agua o en sus orillas- en excursiones por la montaña y en yacimientos mineros a los que en mis tiempos nos llevaba el cole de excursión. Es cierto que siempre han estado entrado y saliendo porque he regalado muchos a lo largo de mi vida. 

Mis pedrolos viven desperdigados por la casa, por el jardín y en los maceteros. No me digas porqué pero las plantas crecen más felices y bonitas con una capita de guijarros más o menos grandes dependiendo de la maceta. Günter trabaja en el departamento de geología de la universidad y aunque está lleno de gemas y pedruscos, mira que  no me dan nada de buen rollo. O están encerrados en vitrinas o hacen experimentos triturando rocas de todas partes del mundo en busca de petróleo en su mayoría. Me da el mismo mal rollo que visitar un zoológico o un museo de ciencias naturales. Me resultan crueles en su mayoría. Los zoos siempre, la verdad. No entiendo que aún se relacione diversión infantil con el cautiverio de animales. Pero esto da para hablar otro día.
El caso es, que después de tantas décadas de roca-pasión, es ahora cuando me entero -gracias a mi hijo Álvaro- que en las minas de Rodalquilar tenemos un mineral autóctono. Se llama, como no puede ser de otra forma, rodalquilarita  y se trata de un mineral de color verde que no tiene consistencia para vivir a su aire así que se adosa a otras geodas. Tras el descubrimiento y una vez verificado por los organismos internacionales pertinentes, en 1967 se legitimó la existencia de la rodalquilarita. Años más tardes, se ha encontrado también en dos lugares más: la mina El Indio en Chile y Tombstone en Arizona.

Y claro, yo loca de contenta y sorprendida, se lo cuento al Günter quién no muestra ni un ápice de asombro, cosa que me resultó la mar de extraña teniendo en cuenta que los minerales y la gemología nos dan de comer; indirectamente pero vivimos gracias al departamento de pedruscos. 

Lo dicho, ahí estaba yo con los ojos como platos vacíos esperando viandas en un buffet libre, cuando mi costillo me cuenta que descubrir nuevos minerales es lo más natural del mundo. Claro, me voy a Google y me encuentro con la kernowita, la miasita, la davemaoita y decenas más de nuevos minerales descubiertos recientemente y otros tantos pendientes de ser descubiertos en las llamadas "tierras raras" que haberlas, haylas. Ay madre, el mundo se nos va de las manos y yo sin saberlo.

Y aquí estamos, un mes más homenajeando blogs. Esta vez nuestra anfitriona es Encarnita  que tiene un blog maravilloso donde golosos y saladetes hacen sus sueños realidad. El paraíso de los golosos es una joya en bruto donde encontrar todo tipo de recetas tanto dulces como saladas, y claro, como era de esperar, me ha costado un montón elegir solo una. Me he lanzado sobre estos obispos con leche, que se parecen mucho a los repápalos que te traeré cualquier día de estos. Ni te imaginas cuanto me gustan estas recetas viejunas y sencillas que saben a gloria sin casi artificios. Así da gusto descubrir y sin salir de casa. ¡Gracias Encarnita!



Ingredientes: (me salieron 21 obispos)
  • 100gr. de almendra molida
  • 35gr. de miga de pan
  • 2 huevos
  • 60ml. de leche
  • 1 cda. de azúcar
  • Una pizca de canela molida
  • aceite abundante para freír
  • 1/2 l. de leche 
  • 60gr de azúcar
  • Canela en rama y piel de un limón
Notas:
  • He usado 2 huevos L aunque la próxima vez usaré XL.
  • He usado trocitos de pan duro y creo que como dice Encarnita, es mejor usar solo miga de víspera para que salgan más blanditos por dentro.
Preparación:
  1. Pon todos los ingredientes para los obispos (almendra, miga, huevos, leche, azúcar y canela) en un bol y tritura con la miniper. Haz croquetitas o bolitas con ayuda de dos cucharas y fríelas en abundante aceite caliente a fuego medio-alto. Ponlos sobre papel de cocina para que suelten el aceite sobrante. Reserva.
  2. En un cazo, pon a macerar la leche, el azúcar, la canela en rama y la ralladura de limón (solo cáscara sin la zona blanca que amarga). Cuando rompa a hervir baja el fuego y deja que infusione unos minutos para que coja bien los sabores.
  3. Pon los obispos en la leche y deja que cuezan unos 5 minutos en la leche. Guarda los obispos con la leche y refrigera unas horas que ganan en sabor.

Pudding de pan con calabaza y nueces

octubre 13, 2024
No puedo ser parte de un mundo donde ser una persona amable es una desventaja.
Supongo que vivir sin amor, sin experimentarlo o ser capaz de darlo, es un castigo bastante fuerte.
Me criaron para tratar a las personas exactamente como me gustaría que me trataran los demás. Se llama respeto.
Ya saben, soy el sujeto solitario. No tengo a nadie en mi vida. Pero si eso ocurre, respetaría y amaría a la otra persona; con suerte sería lo mismo para mí.
Amor es una palabra, lo importante es la conexión que conlleva.
Come comida deliciosa. Camina a la luz del sol. Salta en el océano. Di la verdad que llevas en tu corazón como un tesoro escondido. Sé tonto. Sé amable. Sé raro. No hay tiempo para mucho más.
Keanu Reeves.


Ingredientes:
  • 350gr. de pan, pan brioche o pan de leche
  • 300gr. de calabaza cocida
  • 500ml. de leche
  • 150gr. de Sauerrham o yogur
  • de 60gr. a 100gr. de azúcar morena (ver nota abajo)
  • canela a tu gusto
  • pimienta de Jamaica o cuatro especias a tu gusto
  • vainilla
  • 4 huevos
  • 75gr. de nueces
  • 2 cdas. de azúcar morena
  • 2 cdas. de agua
  • 30gr. de mantequilla

Nota:
  • Ajustar la cantidad de azúcar dependerá del tipo de pan que uses. Yo he usado entre 60-80gr. No ha quedado muy dulce para dar la opción de servirlo con un chorrito de caramelo líquido, helado de vainilla  o jarabe de arce.

Preparación:
  1. Precalienta el horno a 170ºC.
  2. Cuece la calabaza troceada.
  3. En un cazo, derrite la mantequilla y saltea las nueces ligeramente troceadas. Añade 2 cdas. de azúcar morena y 2 más de agua. Deja que evapore un poquito y coja color. Reserva.
  4. En un bol, pon la leche, el resto del azúcar, los huevos, la calabaza, el yogur, la vainilla y las especias. Reserva.
  5. Corta el pan y colócalo en la fuente o recipiente donde lo vayas a hornear. Añade la mezcla líquida y por último reparte las nueces por la superficie.
  6. Hornea entre 30-40 minutos hasta que esté cuajado. si ves que coge color por encima, baja a 160 ó 150ºC.

Lasaña de pollo y champiñones

octubre 09, 2024
No sé si conoces a Jonatan Armengol y a Calo, un duo maravilloso que nos ha robado el corazón a un montonazo de gente en redes. Resulta que Jonatan  es ciego y su perro guía Calo, es su compi de aventuras cotidianas, de esas que como vidente uno no termina de ser consciente del todo, porque las barreras a las que deben enfrentarse a diario son de suma y sigue. Y no pares de contar.

Y es que creo que no reparamos en cientos de detalles que de puro cotidiano pasamos por alto sin comprender que estamos rodeados de escollos a veces insalvables para muchas personas. 

Este último verano conocí a Theresia , una amiga de mis nuevos vecinos con quien me turné para cuidar del gato mientras estuvieron de vacaciones. Es ciega de nacimiento, se casó y fue mamá bien jovencita -al igual que yo- y nos hizo gracia descubrir el paralelismo en buena parte de nuestras vidas: la misma edad, fuimos mamás por primera vez el mismo año y le encanta cantar y tocar la guitarra. Yo la guitarra la aparqué poco después de nacer Álvaro porque las tenosinovitis me estuvieron haciendo la cusqui mil años pero esta es otra historia. 
El caso es que hemos hablado muchísimo y he comprendido que desde su casa a la nuestra, tiene que dar un rodeo porque no todos los semáforos tienen el panel para invidentes. También he cogido la costumbre de mirar las marcas en el suelo de los cruces y con horror veo que en muchas calles aún no las hay; y donde sí, no se diferencia en absoluto si el cruce es un paso de peatón con o sin semáforo. Y mil cosas más, en una ciudad pequeña donde no hay muchos transeúntes a los que acudir en caso de necesidad. 

Ella no tiene perro guía así que cuando tiene que hacer un recorrido nuevo lo hace acompañada y se aprende los obstáculos de memoria. Y claro, la admiré hasta el infinito; yo, que tropiezo hasta con mi sombra y con esa mala cabeza mía que hace que lo olvide todo al momento. Cuánta admiración.
Y volviendo a Calo, es que me tiene loca. Qué cosa tan bonita y tan responsable. Qué hermosa relación la que tienen entre ellos. En los comentarios de un post, alguien preguntó a Jonatan que será de Calo cuando se jubile. Explicó los escenarios posibles: el ideal, es que se quede con algún familiar o amigo cercano para que la relación entre ellos no se quiebre. No es recomendable quedárselo cuando entra en la casa un nuevo perro guía porque se sentiría desplazado y le comería la tristeza. Solo cuando no hay otra solución, se les busca una nueva casa pero no será el caso de Calo, porque sus dos antecesores disfrutan juntos de su jubilación en casa de sus suegros y están deseando hacerse cargo de él.

La vida es más bonita con ángeles como Calo. 


Ingredientes:
  • 400gr. de champiñones
  • 2 dientes de ajo
  • Salsa worcester
  • Sal y pimienta
  • 3 pechugas de pollo
  • 2 cdas de salsa de tomate casera
  • Un buen chorro de vino blanco
  • 1 paquete de láminas para lasaña
  • cebollino o perejil picado
  • queso rallado para gratinar
  • un poquito de pan rallado (ver notas)
  • queso mozarella
Para la falsa bechamel:
  • 250ml. de leche
  • 300ml. de nata
  • 200gr. de queso de untar
  • 2-4 cdas. de queso parmesano a tu gusto
  • Un poquito de mantequilla
  • 2 cdas. colmadas de Maicena
  • de 100ml. a 200ml. de agua (ver notas)
  • ajo y cebolla en polvo (ver notas)
  • hierbas provenzales
  • sal (si hiciera falta)
Notas:
  • La pasta de lasaña es de las que no necesita pre-cocerse así que hay que hidratar un poco más la bechamel. A nosotros nos gusta la lasaña cuajada pero cremosa por lo que le usé 150ml. de agua. Si la deseas más líquida la salsa usa 200ml. de agua. Si has cocido la pasta, usa de75-100ml. de agua de la cocción.
  • Nos gusta la lasaña muy gratinada así que uso un poquito de pan rallado para que quede más crujiente. Una vez formada la capa crujiente, añado trocitos de mozarella al final ( en los últimos 5 minutos finales) para que el queso quede más jugoso.
  • Uso ajo y cebolla en polvo para que la bechamel quede más suave de sabor y textura. 

Preparación:
  1. En una sartén con un poco de aceite, saltea los champiñones con el ajo machacado y salpimentado. Reserva.
  2. En la misma sartén, dora los filetes de pollo. Salpimienta, añade el tomate y el chorro de vino blanco. A fuego medio, deja que se consuma el líquido. Corta en trocitos. Reserva.
  3.  En un cazo, pon a calentar la leche y la nata. Reserva un poco de leche. Añade la mantequilla, el ajo, la cebolla y las hierbas provenzales .
  4. Bate la leche que hemos reservado junto con la Maicena y el queso crema. Cuando rompa a hervir lo que tenemos en el cazo, lo añades y sin dejar de mover, esperas a que espese y vuelva a hervir. Retira del fuego y añade el queso parmesano. Incorpora el agua templada teniendo en cuenta lo explicado en las notas. Sala si hiciera falta.
  5. Precalienta el horno a 180ºC (170ºC con aire).
  6. En un molde hermético o recipiente, coloca una capa de pasta. Añade una capa de bechamel y termina con otra capa de pollo y champiñón. Repite tres veces esta operación y termina con una capa de pasta que cubrirás con el resto de bechamel. 
  7. Pon un poco de queso para gratinar con un poquito de pan rallado. Hornea  40minutos. Con la capa superior bien dorada y crujiente, añade la mozarella en trocitos y deja que se derrita sobre la superficie (unos 5 minutos). Saca del horno y espera unos 5-10 minutos antes de cortar y servir. Sirve con un poco de cebollino o perejil fresco.

Pastel con melocotón y frambuesas con streusel

octubre 05, 2024
He oído en una entrevista anoséquien que el sistema escolar estar construido para premiar a los imbéciles. Por un momento reflexioné y me dije "pues sí, tiene sentido". Dos segundos después, me pareció una chorrada. Y ahora, después de mascar la idea me parece que a veces sí y a veces no. Creo que el sistema escolar es bastante sectario a grosso modo. Los profesores y los padres enfrentados desde hace décadas; los docentes que llegan con nuevas ideas son vapuleados por los veteranos que no quieren ni oír hablar de pavadas; los chicos, como siempre -por los siglos de los siglos- hartos y agobiados porque sienten que no tienen control ninguno sobre sus vidas, sus pensamientos y sus deseos. "Haz lo que te digo y no lo que hago" sigue siendo la premisa universal aunque la mona se vista de seda, de vinilo, con los pelos de colores o vaya de woke por el mundo...

Anda que no ha avanzado la psicología y no seré yo quien diga que no hay voluntad por humanizar a los críos dejándoles formarse un poco más a su aire y no como soldaditos obedientes preparándose para ser buenos trabajadores en el futuro con el fin de trabajar mucho y protestar menos. No digo que no, pero desde luego veo muchas taras por muchos sitios.

El otro día me acordé de un suceso del que nunca hablé a mis padres porque lo había olvidado por completo. Borrado absoluto del disco duro: era 2º EGB, mi tutora era una canalla con todas las letras; colegio de niñas; a mí se me caían sin querer los calcetines, mis rodillas por arte de magia siempre estaba sucias -igual que mis uñas- y perdía el lazo de la coleta a saber cómo porque yo nunca adiviné el modus operandi de tales agravios. De verdad, me esforzaba muchísimo ya que era de esa clase de niñas de familia numerosa a quien le encantaban los halagos en plan "Uy qué niña tan buena y tan lista". Pero nones. "Qué desastrosa" "qué marimacho" "aprende de tus compañeras" "cómo te permite tu madre venir así" etc. etc. etc.

El caso es que yo soñaba con tener una hermanita y en mi casa solo nacían chicarrones. Yo estaba desolada porque por aquella época las desgracias eran castigos divinos por ser mala -eso nos contaban- así que me miraba los lamparones del pichi y hacía plegarias al cielo en plan "Jesusito de mi vida que eres niño como yo, hazle entender a tu papá que algunos niños somos así de puro sin querer".
Y claro, tuvo que pasar: a una compañerita le nació una hermana. La profe pidió un aplauso y toda la clase respondió con fervor, menos yo. No sentía rabia exactamente, era como una envidia horrible teñida de dolor. Y en ese trance solté: "Pues mi mamá ha tenido gemelas". Me arrepentí tal cual lo solté. Dios ya no me iba a dirigir la palabra jamás y le necesitaba para que ayudara a mantener los zapatos limpios y la cartera en orden. Confié en que la clase olvidara pronto la bola que les acaba de meter pero la muy zo-rra de la profe cada día me preguntaba por ellas con un tonito burlón que hacía reír a toda la clase. Y claro, entre vergüenza y bochorno la mentira fue aumentando porque yo le seguía el rollo contra mi voluntad pero qué quieres, no sabía salir de la emboscada.

Cansada de mentir y de ese agobio diario, cuando la muy malvada me preguntó de nuevo por las nenas añadiendo "dile a mamá que venga a enseñarnos a las bebes" no supe salir dignamente de ese pozo y contesté: ·No, mi mamá está muy triste porque se han muerto". Bueno, la que me montó la tipa: me llamó cruel, perversa y no sé que más. Yo estaba en shock, pero mira, sentí alivio ante la perspectiva de no tener que mentir más. Pero llamaron a mis padres, ¿o fue solo a mi madre? no sé, solo recuerdo a mi madre con los ojos llorosos y duros preguntándome ¿por qué lo has hecho? y yo no sabía que decir. Era muy consciente de que la había cagado pero bien y que esas muertes me iban a acompañar la vida entera. Pero mira, fue que no, lo olvidé por completo.

Al año siguiente nació David. Quedó claro que no habría más niñas en la familia y la única, o sea yo, pasé a 3º EGB y junto a otra compi que se convirtió en mi mejor y única amiga, pasamos a sentarnos en pupitres colocados detrás de la puerta y separadas de las demás niñas porque la nueva zo-rra era más creativa que la anterior. Nos dijo: "cuando os lo hagáis merecer, os sentaréis con las demás". Eso nunca pasó. Seguimos perdiendo lazos y con las uñas roñosas.

Nota: No dejes de leer esta entrada sobre Maria Monterroti  y el sistema educativo del maravilloso Profesor Pestalozzi. De regalo, te llevas un pudding de chocolate blanco requete fácil.


Ingredientes: (para un molde de 23cm)
  • 50gr. de almendra cruda molida
  • 160gr. de harina común
  • 75gr. de azúcar
  • 150gr. de mantequilla fría
  • una pizca de sal
  • 4-5 melocotones
  • 2 cdas. de azúcar morena
  • una pizca de canela
  • 200gr. de frambuesas
  • streusel: almendras laminadas, 1 cda. de azúcar morena y 1/3 de la masa 

Nota:
  • Si ves que la masa se queda muy dura, añade una cucharada de agua fría y si por el contrario está algo pegajosa, añade más de harina.

Preparación:
  1. Precalienta el horno a 180ºC.
  2. Para la masa sablé: en un bol, pon la harina, las almendras molidas, el azúcar, una pizca de sal y la mantequilla fría en cubitos. Mezcla brevemente con las manos hasta ligar los ingredientes en una especie de migas. Puedes seguir amasando a mano, pero yo recurro a las varillas eléctricas para ir más rápido. Se amasa hasta que la masa queda suave.
  3. Engrasa el molde con un poco de mantequilla. Forra el molde con 2/3 de la masa.
  4. Pela los melocotones y los cortas en trocitos menudos. Mezcla la azúcar morena y la canela. Los añades al molde junto con las frambuesas.
  5. Al resto de la masa sablé, le añades la cda. de azúcar morena y haces con ella como migas con los dedos. Cubre el pastel con las migas y con las almendras.
  6. Hornea hasta que coja un bonito color dorado.

Laugenbrezeln rellenos al horno

septiembre 28, 2024
Cuentan por lo mentideros de las redes sociales, que en una entrevista le preguntaron a Bob Marley ¿Existe la mujer perfecta? Y ni corto ni perezoso, soltó lo siguiente:
¿A quién le importa la perfección? Ni siquiera la luna es perfecta, está llena de cráteres; el mar es increíblemente bello, pero salado y oscuro en las profundidades; el cielo siempre está infinito, pero a menudo nublado. Así que no todo lo bello es perfecto. Es especial. 
También le preguntaron otra vez que qué opinaba de la gente que cantaba y bailaba sus canciones sin reflexionar sobre la letra, bailando con super buena onda letras tristísimas. Dijo que eso daba igual, que las palabras hacen solas su magia que lo importante es oírlas porque algo siempre queda dentro. Pero ésta es otra historia. Porque como le dijo Umbral a la Milá en aquel debate "yo he venido a hablar de mi libro" pues eso, que yo he venido a hablar de mujeres aunque de Marley hay que hablar... pronto, lo prometo.
Pero de nuevo vengo chirriona por culpa de esas frases que a pesa de ser puro cliché no conseguimos despegarlas de nuestra fisonomía porque el rollo este de la mujer perfecta pasa siempre por ser una mujer de aspecto y figura impecable. Luego ya se le van añadiendo los extras: buena amiga, buena esposa, buena compañera, buena madre, buena profesional, buena ama de casa... buena, buena y buena. ¡Qué fatiga, madre mía! 

Y claro, defraudamos. ¡Cómo no! A ver quien es la buena que es capaz de vivir a diario tirando del arquetipo universal de perfección, esa que no tienen ni la luna ni los océanos, esa que no gasta nadie en toda la galaxia pero que, por lo que sea, nos ha tocado a las mujeres terrícolas abanderar.  "La mujer perfecta, la ideal". No me jorobes.
Y claro, tiramos de rebeldía, qué sí no. De hecho, es lo más perfecto e ideal que podemos hacer. Por salud mental, vaya. Porque si eso, puede que nos rompamos de pura ansiedad porque la talla 36, las piernas largas y los pechos en su sitio duran poco. La naturaleza, los años y los hijos nos van dejando como uvas pasas y encima, cuando llega la menopausia, como premio a haber parido, a haber estado padeciendo menstruaciones insufribles, nos jubila el útero y nos paga con sofocones, sequedades, insomnios, caída de pelo, cogida gratuita de kilos, dolor de articulaciones y patas de gallo. En fin, que nos despachan de mala manera sin preguntarnos siquiera eso de "Señora, ¿quiere bolsa?"

A la receta: estos panes son un clásico en Austria y Bavaria. Son Brezeln pero en forma de barrita para rellenar. También los hay redondos. Son una perdición y no es más que una barrita de pan clásica pero bañada antes de hornear en agua  con Natron (bicarbonato). También se hacen cruasanes super ricos. A ver si le echo ganas y los hago caseros para poder acercarte estos sabores tan germanotes. El relleno también es un clásico que ya hice algo parecido con la pizza alemana, el dinnete. Pero aquí no hay normas ni Laugen perfectos. ¡Tira por donde más te guste!


Ingredientes:
  • 5 barritas tipo Brezeln (o las que más te gusten)
  • Queso de untar la finas hierbas
  • cebollino picado
  • tomate muy picado
  • Pimiento muy picado
  • cebolleta muy picada
  • queso rallado
  • speck y cabanosi (bacon ahumado y longaniza blanca)

Preparación:
  1. Precalienta el horno a 200ºC.
  2. Corta las barritas por la mitad y las untas con el queso crema. Después un poquito de cebollino, tomate, pimiento y cebolleta todo muy muy picado. 
  3. Añade el queso rallado y pon por encima los trocitos de speck y/o cabanosi. hornea hasta que estén doraditos.

ME APETECE

 
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